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furiosamente a la decisión municipal. Tan extralimitada fué su presión, que la empresa constructora hubo de abandonar la obra dando lugar a litigio judicial. Natahoyo es un barrio de brazos abiertos, hasta urbanísticamente. Es uno de los barrios de Gijón con más «identidad» y sabor propios. Es más pueblo que barriada. Más obrero que comercial. Más solidario que expansionista. Con más vida que fachada. Más «de toda la vida» que de advenedizos. Más de continuidad que de expansión incontrolada. Más «cara al mar» que hacia el campo. Un pueblo para vivir y convivir más que para pasear. Más del «pedreru» y sus constructoras navales que del «puertu», como símbolos históricos. Más del Natahoyo que de Gijón... ¿Y la Iglesia? Aquí en el Natahoyo, tiene una marcada presencia y acción la Parroquia. A ella está unida el Albergue, porque desde ella nació. La presencia de las Hermanas, a dedicación completa, Día y noche, y un Voluntariado que colabora. Ellos son Iglesia en servicio. Con sus fallos, como todo ser humano, pero que quieren vivir en Evangelio. Otras zonas de la Iglesia son detentaras de riqueza, de poder, de influencia social. No basta compararla a la Sociedad Civil. Cierto que la Iglesia hace más por la marginación que la sociedad a todos los niveles de medios, personal y dedicación... La Iglesia sólo tiene un término para la comparación: el Evangelio. El rol, la Misión de la Iglesia en la sociedad nos la da Jesús en su respuesta a la pregunta de Juan el Bautista: ¿eres Tú o o es otro al que esperamos?» Jesús dijo de sí: «id y decid lo que habeis VISTO: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Noticia» (Lc.7,22). Ser cristiano, ser «iglesia», es desarrollar esa vida y misión de Jesús Pascual, total. Ser cristiano y ser Iglesia es ser esa semilla de transformación. Fecundar con esa semilla-Jesús la sociedad de todos los tiempos. Son muchos cristianos los que viven y sirven en el mundo de la marginación y desearían que la Iglesia llegara con su aprecio y apoyo a todos los sectores de esa marginación. Y no sólo, ni principalmente, con sus palabras. Son dos grandes funciones en su presencia: el servicio y la expresión de Fe. Acción y Liturgia diríamos pastoralmente. Transformación de la Sociedad en el Reino y Celebración de la Vida. "Una Iglesia que no sirva, no sirve". Y una Iglesia que no celebre, que no viva en oración, es una Iglesia estéril. Por tanto siempre la constante de la revisión, de la conversión. ¿Cómo sirve y cómo celebra? o ¿cómo transforma y cómo ora? También desde el mundo de la marginación, de la pobrezas. ¿Es que frena la transformación, resigna y prolonga la marginación? ¿Es que en lugar de celebrar, ritualiza, sólo sacramentaliza? Por-que es bastante claro que los marginados no ven un lugar, un espacio valorativo, en nuestras parroquias. Y sí, muy lejos del espacio que conceden a otros sectores más confortables de esta sociedad. ¿A quién se dirige hoy la Iglesia? ¿Cómo y a quién predica? ¿Dónde despliega e invierte sus "medios" y sus servicios en cantidad y calidad? No se espera de Ella la solución de estos problemas graves sociales... Pero sí que fecunde a esta sociedad y colabore eficazmente con ella y provoque y anime a que se solucionen estos urgentes y doloridos problemas del cuerpo de Cristo. Sin ello no hay Resurrección, no hay Pascua para nosotros... Desde siempre la tradición de la Iglesia ha sido de renovarse, de caminar con el Pueblo. La teología es uno de los centros de apertura. Urs von Baltasar pedía 63
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