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Las 5 llagas del Señor Viernes: 1 Oct. 1993: ALBERGUE. «STA. TERESITA DE LISIEUX» M i «ruta» ya la he hecho «rutina» en los trabajos de limpieza. Y sigo haciéndolo concienzudamente. Con repugnancia todavía la limpieza de los servicios higiénicos. Pero con amor sincero de «servir», con alegría de venir y estar. ¡Es cierto!, siempre voy presuroso cantando bajines, bajo la lluvia o frente a la luz. Barriendo con los ojos el ajetreo de las calles y las fachadas quietas. Como inspector de cielo y tierra. Mi media hora de caminata va ligera de espíritu y acompasada de ritmo. Curiosa la coincidencia, lo mismo que hace 25 años cuando me encaminaba a Astilleros cada jornada. No estoy reviviendo estos recuerdos; tal vez los estoy espiando, vigilando. Es alegría buena de la de dentro. La mañana está fría, ventosa y húmeda con escurrideras de lluvia. Pero siento un gozo en el alma ¡grande! Acostumbro guardar las alegrías en el corazón para provisión en los días difíciles... Dan mucho de sí. .. Realmente ¡soy feliz!. .. Saludos a la entrada con los estómagos calientes de colacao. Una señora baja del dormitorio de mujeres, ya preparada para salir de calle. Una mujerona, que ha echado carnes como para dos personas, y abrumada por una vejez anticipada. Viene acompañada del brazo de una de las Hermanas para bajar las escaleras sin rodar a los tumbos... Un poco de cariño al final, será como una sonrisa de Dios anticipada. ¡Ah!, la vida y los hombres... Ella no sabe leer y todo lo que ha aprendido ha sido a golpes, en escuela de pobres. Por eso la abusan la fe, la esperanza y la caridad por esas calles. Está la pobre más quemada que el ave fénix... Ayer tarde regresó al albergue con una contundente borrachera y en la noche abrió una vía de agua sobre el colchón. La Hermana me asegura que no suele hacerlo. Al menos cuando está normal. Ahora si la «coge», la devuelve en las sábanas. Es rito seguro. La Hermana se lo dice risueña, con sus ojos hermanos marinos de la dulzura pascual. Mientras baja las sábanas para la lavadora. Y la señora sonríe de paz y de sentirse comprendida. Sonrisa humana de prójimo. Estas Hermanas son como enfermeras expertas en primeros auxilios, en segundos y en terceros. Se han conformado con Jesús y se han convertido en 49
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