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Las 5 llagas del Señor Jueves: 30 Sept. 1993: E I día comienza entrado en lluvia. El día que se inicia mal, suele seguir peor. Pero a lo mejor hoy no es verdad. Camino casi sólo por las calles. Andar sólo no duele. Tengo ya costumbre. Sentirse sólo es ya otra cosa. Y para sentirse uno acompañado basta que algo vivo «respire» a nuestro lado o dentro. No quiero hablar de ello ahora, pero es una de las experiencias más luminosas en mi vida obrera... La señora de las muchas penas, -en contra-ambiente-, hoy canta y canta. Lo habitual es que se llore, «se llore» con las quejas de la pena irremediable, tristeando en las soledades. Mutilada de todos los familiares y amistades. Es como la luz de la entrada, que hoy enciende y desenciende. Es luz que duda... es como este «clima» interior de convivencia. Aquí a penas se oye canturrear a nadie. Es algo atípico. Ni reir estentoreamente. Más bien caras serias, reconcentradas. El humor agresivo a la menor contrariedad. Sólo cuando hay amistad brota la sonrisa, el humor bueno... Hay mucho escombro en la vida y sus años y la reconstrucción interior es más lenta y difícil que las apariencias exteriores de fachada. Porque los deterioros han sido más profundos. Contrasta ostensiblemente con la alegría bullanguera de los jóvenes en desintoxicación , nuestros vecinos del Proyecto Hombre. Hay 3 cosas fundamentales que, cuando al hombre se le derrumban, le dejan a la deriva: la fe en Dios y en los demás, la esperanza en sí mismo, el amor a los «otros». Los milagros de Jesús siempre devolvían a estas 3 cosas como remedio del mal sufrido. Volvía a Dios, volvía a la confianza en sí mismo, a la esperanza de vida y devolvía al amor, a la sociedad, a la convivencia. Al saludo de beso a los hermanos que empezaban a ser todos. Aquí se puede remediar en algo las penurias, las tribulaciones, abrir una luz de esperanza. Pero ¡qué difícil ponerlos en pie por dentro!. .. ayudarlos a entrar en esperanza, a la alegría, al sentido del vivir, a la utilidad de sus vidas... Se sienten enfermos, pobres y desplazados. Se sienten un imposible. Las excepciones se dan, cómo no. La tarea es, sobre todo, preventiva. Hay que recogerlos a medio camino, a media pendiente, a media vida o joven vida... para REINTEGRAR, REINSERTAR, REGENERAR. ¿Rehabilitar al menos? ¿Es ello posible? ¿En qué proporción? Desde luego esto no es vida para «cristianos a multicopista». Se requiere una aproximación a la Fe y al Amor de estas 4 Hermanas Terciarias Capuchinas del 47

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