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P. Eusebio Villanueva ilumina las cosas y los acontecimientos. Y esto cambia todo. Nos cambia todo ... En otra dimensión: es la diferencia entre el que está ciego y el que ve... Hólderlin nos dijo hermosamente «El hombre es un dios cuando sueña y no es más que un mendigo cuando piensa». Exactamente lo mismo que con la Fe o sin ella... He hecho algunas visitas a enfermos durante la mañana, más bien breves, por lo ocupadas que tienen el horario. A las 2 h. del mediodía acudo a la llamada en la 305-A: un señor de 80 años. A esos años se siente ya un hombre muy desobligado para esta vida y se siente en paz para agarrar su nuevo camino en fe a sí sabe Dios donde. Y espera ya la liberación. Cuando termino los ritos «viáticos» cierra sus ojos y suspira con alivio. Se siente sereno porque ya ha llegado su hora. Media hora después cerró su respiración como ya había cerrado sus ojos. Su vida, como un satélite que retorna a la «base», cerraba su órbita en el corazón de Dios... ¿A que el Señor, «te ha vendecido» (a dicho bien de tí) «te ha guardado» (y aguardado) «te muestra su rostro» y «tiene toda la misericordia de tí», «te mira benignamente» y «te ha concedido su Paz»? Amén, amén ... En la hora de las visitas familiares me he asomado a las habitaciones para ver a quienes no les visita nadie... Es tomar la temperatura familiar... hacerse una idea... y medir la cantidad de soledad ... La vida no cumple ni con la «igualdad ni con la libertad ni con la fraternidad» ... La vida tiene sus «resevas», sus corrales y sus zoológicos... A las 6 h. visito y preparo a los que llevaré la Comunión después de la celebración de la Sta. Misa. Esta es a las 7 de la tarde en la paz y penumbra de la Capilla. Ahí están ya las 9'20 de la noche cuando piden mi presencia en la habitación 521. Dos enfermos bastante graves. Uno de 58 años con cáncer en la cabeza. Otro de 78 con un cuadro medica! de catástrofe. Hay que preparar el encuentro con el Padre y estos momentos terminales, o posibles... El más joven aspira oxígeno con todo el alma. Pienso que ya no está consciente. Está fuerte. Parece de los que no se derrotan por nada. Me dicen los familiares que en su familia suelen llegar a una larga edad, pero el cáncer lo ha tronchado a este hombre... Siempre se ha dicho que «de tal palo tal astilla». Y eso será verdad en carpintería, no lo dudo. Pero en la vida... ¡ay, en la vida! ... Basta ver... Este parece hecho de filoso acero y se está acabando, no le alcanza todo el aire del mundo. Sus pulmones se hinchan y vacían rápidamente... Sus cejas enormes y casi juntas cubriendo como un alero sus ojos, oscuros, que ya no ven ... ¿pasará la noche? Dura condición ... El señor de la cama B, a su lado y separados por un biombo es imagen del acabamiento. Sus hijas me dicen que anda con la entraña revuelta muy gravemente. Es como los árboles que siguen en pie, pero ya devastados por dentro. Su delgadez es de impresión mortal. En cualquier momento se olvidan sus pulmones de respirar y es el ¡adiós!. La Santa Unción y proclamación del perdón total y de la misericordia absoluta del Señor. «Bendición» que concedía Francisco de Asís es la «profecía» más verdadera e inmediata para estos momentos. Y con ella quedan los dos. Cuando estoy acompañando a estos enfermos terminales, me avisan por el interfono que en la 119-A es requerida mi presencia. Es un anciano de 83 años, que 346
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