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Las 5 llagas del Señor descansa de afanes por estar limpia y llena del uso de vivir en ella, y de pasos y sombras, el vivir, el esperar, el envejecer de todos los que fueron, son y vendrán, los suyos... Uno de los habituales en el colectivo no ha querido entrar a cenar. Tiene morros y no da explicaciones. Con algo de vino más navegando por sus venas, se ha acordado de algún contencioso y quiere reivindicar alguna cosa pendiente... Son rabietas de adolescente de pantalón corto... Uno, después de años en este oficio de ver, oír y sentir pasar, puede constatar que en la vida se da también un perpetuo desencuentro. Alguien que encontramos en nuestro camino no lo apreciamos cuando él nos quiere, o le queremos cuando él ya prescinde de nosotros, o después de muerto cuando ya nuestro amor es inútil. A las 10'30 un «escutista» joven llega en furgoneta a este Albergue, con una sustanciosa carga de donación y la simpatía de los escutistas asturianos. Han tenido un encuentro celebrativo en su medioambiente, el campo, la naturaleza, la montaña. Les ha sobrado mucha carne de asar y demás apetitosidades y las quieren compartir con los del Albergue. Mucha cantidad y calidad buena... Es un gesto fraterno y hermoso de estos muchachos. Se dice -y en parte es verdad- que la juventud de hoy es más hija de la calle– amistad que del hogar. Cierto además que la juventud pasa mucho de los respetos puestos en fórmulas. Son más suyos estos gestos de solidaridad, de compartir, del pacifismo... etc... Las encantadas Hermanas del Albergue, tan sensibles a la ayuda, pero más atentas al corazón con que se les ofrece, agradecen en triple valoración: por el don espléndido, por el corazón que comparte con los más pobres y porque viene de los jóvenes... Lo estacan en los frigoríficos para los próximos servicios de comedor... A las 11 h. de la noche, nueva agrupación de jóvenes que aporta cantidad de alimentos con los que quieren compartir con los «hermanos» del Albergue. A las Hermanas del Albergue esto les hace... tilín... tilín... en la campanita que llevan en el corazón ... Eso de que alguien piense, como ellas, en el albergue las reconforta en su entrega diaria. Es cosa que se comprende de por sí. Y que se agradece con humildades alegres. Es de lo que empeñó satanás y jamás pudo ya desempeñar. .. Tened seguro que en el Albergue hay mucho, pero mucho amor puesto. Todavía más de lo que se ve ... Cuando a la 1'40 vuelven a llamar a la portería, es la Policía, que nos regala un nuevo hermano en la prueba. Un señor mayor, a quien su hermana le pone en la calle más desprovisto que un mendigo. Es la conclusión práctica y brutal a una discusión... ¡Aquí manda Jonás, porque puedo más! ¿algo que alegar, colega? En el duro mundo, a poco que se pueda, se machaca al débil. .. Hay gente que no daría agua ni al gallo de la Pasión... El pobre viejo se apoya en su fraterna cachava y se inclina con el peso de todas las resignaciones de impotencia. No está «bebido», sino sobrio y dolorido. Masculla injurias contra la familia, como gitano de maldiciones varias... Y yo recuerdo el refrán de aquel otro gitano tan «al loro» en todo: «cuando el río suena, agua sucia lleva». ¡No será tan verdad la canallada...! Nos vamos para el dormitorio y mientras le preparo la cama, se fuma el cigarrillo de la paz de ánimo en los lavabos... Le encuentro chupando del cigarrillo con una especie de avidez de cine mudo... ¡Buenas noches, hermano!, y no sueñe con la 341

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