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P. Eusebio Villanueva Viernes: 11 Febr.1994: ALBERGUE -DIA DEL ENFERMO- L as grandes tempestades son para los grandes navíos. Pero nosotros ¡Alabado sea Dios! no somos más que cáscaras de nuez. Nuestras vidas son tan pequeñas, tan pinches, tan botones de servicio... con nuestros modestos achaques y alegrías de andar por casa y por las aceras. Eso sí, tenemos muy poco, y lo poco que tenemos lo tenemos con gracia... y llevamos el alma a misa, los brazos en plegaria y el dolorido cuerpo en ofrenda al Señor de la vida. ¿Edad? La del claxon de coche viejo y cacharriento, que todavía llama la atención del público. Todo cabe en un jarrita sabiéndolo acomodar. Me refiero a los enfermos y a los ancianos. Es el tema que la santa Madre Iglesia nos trae hoy-DIA DEL ENFERMO- a la reflexión, a la conciencia y al cariño. Y en ello ya, o a corto plazo, entraremos todos uno a uno, como en fila de indios... Es cita inaplazable y anunciada: la enfermedad y la ancianidad En la meditación de la mañana es tema obligado: esos enfermos y ancianos que nos interpelan ... Ese deterioro en la mirada, esa fatiga en los pasos, esa «lejanía» entre prójimo y prójimo y... esa liberación de tantas cosas y esa claridad en tantos temas... Nos enseñan a morir y así nos enseñan a vivir. .. Personas «de edad» lo somos todos más o menos... Yo recuerdo aquel niño color melocotón y campo de trigo, que decía: «mi hermana sale con un viejo, que tiene lo menos 19 años». La «edad» es diferente según el ángulo desde el que se la mira... Escucha a los pequeñajos y oirás que llaman «carrozas» a los de 15 años... Y tan convencidos... ¿Enfermos? Nosotros lo hemos sido, y lo volveremos a ser un día u otro. Hablamos de nuestros achaques que son un lujo de sanos... De hecho, gozamos de tregua Junto a nosotros, acaso en el mismo piso, en esa casa «sin historia, viven gentes verdaderamente mayores de edad o realmente enfermas. Para ellos, los días, los años, cambian de curso, lentamente o a veces brutalmente. En torno a ellos, los rostros se apagan hasta el punto de desaparecer. Los familiares son pocos y no mucho más. 322

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