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Las 5 llagas del Señor lo temen todo. En cambio sí saben lo que les trajo el pasado, las desgracias y tristuras. Apenas tienen una frágil potestad sobre el presente y en él están, en este Sábado que se ha diluido en aburrimiento. Ya no son adolescentes para soñar con las lunas del medrar y del placer. Pero sin ser adolescentes, de cuánto «adolecen» sus pobres vidas reducidas... La Sala de la tele se cuaja de humos densos y tabacosos. Apesta. Es una densa calima, surcada por roncas voces rajadas de nicotinas... Yo escucho mi transistor. Y nos comunica en un parte un trágico accidente en Torrelavega. Otra vez dos coches brutalmente enfrentados y reducidos a chatarra de carretera. Tres jóvenes muertos y otros dos heridos gravísimos... En otro accidente dos jóvenes también apartan su vida de entre nosotros. En total llevamos de semana -dicen- 28 muertos y 43 heridos... Y así una semana y otra... ¿Cuándo se va a terminar esta hemorragia de juventud destrozada, aniquilada o tullida? El asunto es serio. Enormemente serio. La edad media de ellos entre los 22 años. Un menudito vivir solamente para estos dos accidentes. ¿Qué pasa? ¿Alcohol? ¿Temeridad? ¿Borrachera de velo– cidad? ¿Comedores de ansias? ¿Jovenzuelos presurosos de abandonar la historia que duele, para viajar por el país de la droga? ¿Necesidad de impresionar, de escalofriarse de miedo, de verse poderosos, como esos dos motoristas, que han sido «cogidos» por el radar a 230 y a 245 km/h.? O simplemente, que quieren sentirse «individuos» en estos tiempos de masa... O, acaso, sentir a pleno pulmón esa regalía que Dios nos endosó, la libertad. !Vaya usted a saber!. ¡Tremendo perder la vida o su integridad física! ... por un momento de exaltación, por unos segundos de inatención ... Absurdo también provocar a la muerte para demostrar al mundo que ellos existen y luego, acaso, terminar roto de todo o yerto de largo a largo. No se puede ir por ahí con un pie dentro de la vida y otro fuera... Lo que es mal presagio es que las víctimas son en demasía gente joven. Y eso es un negro lujo para la sociedad... Yo -que me gusta ir a tranco lento- no comprendo esas urgencias por atravesar el país de largo a largo. Aunque com– prendo que lo hacen por la pura euforia de ir y no por la urgencia de llegar... Quizá el estatuto de su cuerpo requiera siempre movimiento y se sientan como ahijados del accidente inesperado, fatalista, como un sino indesplazable. Acaso sea eso. Acaso. Muertes en carretera. Su inutilidad lo hace más inaceptable... Llenos de accidentes están ya los cementerios. Llena de cementerios está la tierra... Y junto a su muerte absurda está la pérdida trágica para su familia, para sus amigos y para nuestra sociedad entera... Una sociedad que tiene necesidad justamente de personas como ellos/as: jóvenes, dinámicos, creadores, renovadores, hermanos de vivir y convivir... Uno, que cada día va leyendo más vidas y menos letras, se extremece ante estas negras noticias, que nos entregan cada fin de semana... Un informe puntual como la cotización en bolsa. Esos que «juegan» a difuntear, que hasta hoy se han librado del árbol, de la cuneta o curva traidora, son las jóvenes fuerzas y los refuerzos que nos hacen más cruelmente falta en esta sociedad. Más que los hijos que no llegan por baja natalidad... Somos lo que hacemos, y sobre todo lo que hacemos para cambiar lo que somos... Y es que es mucho el mundo... 305

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