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P. Eusebio Villanueva Pero hay algo grande desde la fe. El Pueblo pone a Dios de pie. Y el Pueblo sabe que Dios lo necesita para pararse en el mundo... Esto en la Biblia se lee en cada Libro Santo... En el Albergue hay ebullición y nerviosismo. Nadie ha contado con ellos y sólo en pequeños diálogos se han ido enterando de todo. Algunos saben de qué va la cosa. La mayoría sólo les interesa una cosa: !todo se para!. Saben que el Albergue sigue con sus servicios habituales. Las buenas Hermanas mantienen a como de lugar una confianza y cordialidad admirables. Todo funcionará aquí, porque es de emergencia diaria. La «buena noticia» para algunos está «fuera» ... en la calle. Es un buen día laboral de «pedir», de limosnear... Con estos razonamientos me lo aclaraba uno que encontré a la llegada y ya se apresuraba en la calle: «Más gente por la calle y todo el día». «Caminar lento, paseando y de miranda». «Todo cerrado, imposible gastar nada». «Día de más solidaridad... los parados, los sin trabajo, y el rollo ese... » «Total más posibilidad de juntar unos cuantos duros bien pedidos» ... !Ah! y tabaco gratis todo el día. Quién te va a negar un cigarrillo si le dices: «colega, ando seco, un cigarrillo» ... «!La gente hoy pasa fumando más y más... un cigarrillo no se niega en el trabajo... Son pequeñas cuentas de la lechera... pero sacan del apuro un día. No resuelve el problema, pero lo alivia. Lo malo es que los bares también estarán cerrados todo el día... Habrá que ir a las iglesias a recoger las propinas a como Dios socorra y mueva el corazoncito de las beatinas... En la limpieza también ha habido su pequeña huelga o escaqueo. Por eso ha tocado a más. El reloj no nos da las horas ni los cuartos, ni siquiera los alquila, sólo nos los «cuenta» y quita... Pero no es cuestión de altanerías, sino premuras de la gente. Por eso dejamos correr un poco más al reloj y apretamos la bayeta y la esponja algo más... Uno de los de la limpieza, con corpachón y brazos de patrón de trainera, me habla de la irresponsabilidad ciudadana para todo lo que son servicios públicos y comunes. Hace a veces limpieza en algunos vagones de viajeros... «Es de vergüenza ajena ver el mal trato que se da a los vagones: material destrozado, rayaduras, ceniceros estropeados, inscripciones con rotuladores, etc... Y son gentes de cierta cultura los usuarios de estos servicios deteriorados... Que se han pagado y se pagan las reparaciones y recambios con dinero público... Para esos gamberros los demás sobramos. Y como si destruir, los afirmara como hombres cabales... Este es un mundo en el que ellos están contra... » Y es que hay gente de poco volumen craneal, que reacciona ante la vida con la misma salud instintiva de las mulas de montaña: a coces. !Desprecian cuanto ignoran! Y es mucho lo que ignoran... Y casi siempre son 4 y el de la guitarra... A veces sus violencias llegan hasta el alto cielo de la fe y ladran a la puerta del Señor. Y de nuevo a la calle, a esta ciudad paseante y en «Huelga». Los piquetes han puesto alevosamente silicona en las cerraduras de algunos establecimientos. Desde luego los piquetes no son muy ortodoxos, pero si disuasorios... Y las grandes pintadas: «Muerto Franco, se acabó la rabia» y «Si es idiota no vaya a la huelga» ... Estos gritos-muro llevan el fanatismo de los programados. Siguen confundiendo lo de eliminar a un hombre con lo de eliminar una idea, y un foso de separación con una trinchera... Yo me siento bautizado en eso de lo que quiero formar parte, en el pueblo sano y verdadero, para quien el pan de los suyos es sagrado de Dios dado... Tantos años compartiendo sus barrios, su trabajo, sus luchas obreras, mi pasado... Nadie era 300