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P. Eusebio Villanueva «Dichoso el que, sosteniendo al hombre, le ayuda a ver y sabe alegrarse y enriquecerse de la alegría del que ve». Se comprende el porqué de esta «parábola» no ha sido incluida en los Libros Santos. Desde siempre ha sido rechazada por tres escuelas teológicas que la han combatido. La escuela de los «justos» pone en duda la autenticidad del texto que ofrece a una niña sola el privilegio de tener una madre que la toma en sus brazos. Esta inegalidad, a sus ojos chocante, contradice ultrajosamente el amor igual que Dios tiene a todos los hombres. La escuela de los «prudentes» siempre ha tropezado con la «visera» de la gorra. ¿Cuándo una visera deja de ser «anteojera»?. La parábola no habla ni de intensidad de la luz, ni la apertura del diafragma, ni el tiempo de exposición. Es una parábola de noche, llegan a decir los más rigoristas ... En cuanto a la otra escuela los «políticos», se atiende a su significación. El simple hecho, que la madre tenga a la niña sobre su brazo «derecho», elimina la posibilidad de la otra visión que le ofrece la posición sobre el brazo «izquierdo». Para que la parábola sea creible, habría sido necesario una madre con mil brazos y una niña que girase... Las tres escuelas no cesan de escribir sus largos y pesados tratados... Y, a falta de leerlos estos intelectuales, en sus debates se los arrojan unos a otros. Verdadera batalla de ciegos en un túnel. .. Y durante ese tiempo de «disputas trascendentales» e intelectuales, al sol, una niña ríe gloriosamente. Porque ella Sí ve y ve bien y ve feliz... Yo no te voy a hacer la aplicación, porque soy «intelectual», pero tú que eres inteligente aclárate o pide que te aupen y provisto de una viserilla... En el Hospital también ha habido hoy personas que han «trepado» a los brazos del Padre para ver bien, ver claro y ver feliz. Son los que han cruzado la frontera del lado de la Luz eterna, del Padre de todas las luces... El Hospital está en obras de ensanche y de latitud. Por ello se ven obligados al traslado de enfermos a otros Hospitales y a Oviedo... Hay, consecuentemente, reajustes en las diversas plantas. Cuando las paredes duran menos que los hombres, las cosas no andan bien, o de comienzos no se planifican bien. Aquí es de toda necesidad; los enfermos van confluyendo cada día más hacia los Hospita– les... A la 1'1 O me reclaman por el «busca» hacerme presente en Urgencias. Una señora de 93 años. iMadre-de-Dios-que-viejecita-tan-ancianita! ... La longuitud de esta vida da para ir y venir, para amar y sufrir sobre todo ... Era ya un rayito de sol con frío, un ángel sin alas aparente. A estos años ya se necesita una brisa de descanso merecido. Y allá llega ante el Padre sacramentada de su gracia y de todos los valores del vivir. Llena de El y de todo esto. Sus familiares, con los que hablo, lloran con paz y serena aceptación. Es así esta vida y su tránsito. Son ya las 4 h de la tarde cuando me avisan por el «busca» dirigirme a la 51 O– C. Un señor de 81 años... Envejecer es tan sencillo como inevitable: basta vivir. Pero además él ha llevado clavada una lanza de fatal tristeza durante años. Asuntos de no-entendimiento familiar. La ingratitud y la falta de cariño... Tantas cosas... Vivir así acorta los días y las dichas. El amor, como los ríos, requiere dos orillas. Dios le acoge en su océano de vida y de paz. Amén. 294

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