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Las 5 llagas del Señor En esta sociedad el hombre se cree más de lo que es y se estima menos de lo que vale ... Y al «otro» le disminuimos y le depreciamos, le desvaloramos. Y a algunos llegamos a considerarlo «carne expiatoria» del mal común ... Y habrá personas que al sentirlo no podrán expresarlo con sus pobres palabras, ni defen– derse. Pero no habrá nadie, nadie en este mundo, que les haga olvidar lo que son ... Esa experiencia de prisión les marcará a fuego. Y esa marca ya no la borra ni un diluvio. No es sólo un delito reprimido, es una persona ajusticiada. Por esto la injusticia brilla por su presencia... Prefiero pedir prestadas las ponderadas consideraciones que la Comisión Episcopal de Pastoral Social nos dirigió a todos el 16 de Nov. de 1986. Son palabras donde puede faltar algo, pero sobrar, no sobra nada. Helas aquí: «El recluso está sujeto a una constante humillación, a pesar del funcionariado... Es el sistema mismo y su dinamismo el que humilla al recluso. La prisión, tal como está estructurada o, al menos, tal como en general funciona hoy, da la impresión de ser un almacén de seres despersonalizados. La prisión destruye, en este sentido, los valores más ricos de la persona humana y se convierte en enclave de alienación cuando no de violencia, soledad, «vagancia», incomprensión y amoralidad o inmoralidad... La verdad desnuda es que la represión y la cárcel no son en la actualidad medios adecuados y eficaces para contrarrestar y erradicar la delincuencia. Así lo está demostrando la experiencia... En efecto, la custodia y el tratamiento son el instrumento de rehabilitación en estos establecimientos. Ahora bien, la experiencia atestigua y la opinión pública debe saberlo, que, de hecho, la prisión sólo cumple el primer objetivo: la custodia... El recluso, y es lo más grave, no puede ejercer el derecho a no salir peor que entró en la prisión... La cita es larga, pero también autorizada... El Grupo de Voluntariado llegamos a la Prisión a las 1Ode la mañana. Somos 12 y nos dividimos en 2 grupos... Controles y demás formalidades. Un grupo comienza por el Módulo 4 y el otro nos vamos al 5: el de las mujeres. Celebramos la Sta. Misa en la que participa un buen grupo y animada con cantos y guitarras. Luego el diálogo dispersado... gestiones hechas fuera durante la semana... pedi– dos... A las 11 '45 nos fuimos al Módulo de los Menores y después a Enfermería... Y a la 1'20 bajábamos la cuesta de la «colina» de las «cruces» ... Los coches nos devuelven a la ciudad y a lo cotidiano... Allá arriba, allá lejos quedan ellos: los presos. La existencia del hombre es para todos sol y sombra. Para los reclusos es más sombra, mucha más sombra que sol. Basta ver allá... No hay un solo detalle sobre el que reclinar la cabeza. Y la distancia crece cuando es inevitable... 291
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