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P. Eusebio Villanueva Sábado-Domingo: 22-23 Enero 1994: GUAR– DIA DE NOCHE EN EL ALBERGUE A las 9 h. de la tarde dejaba la reunión de «Siloé» (Centro de Acogida de Enfermos del sida). Y partí ya para el Albergue a «revientacaballos», con todas las prisas y escogiendo atajos. A las 9'30 entraba yo, como una bala de cañón, por la puerta del Albergue y así. .. embalado. Este se encuentra en los «bordes» sin mucha luz de la ciudad y del mar y también de la sociedad. Pero está. Y ahí, en esos «bordes», adquiere uno preciosas enseñanzas sobre la costumbre de Dios... Siempre le han gustado los barrios bajos del mundo... Y por ahí se pierde al anochecer... y al amanecer. .. y al mediodía y al atardecer... A consolarse de tantas soberbias, egoísmos, hipocresías y rutinas de los centros neurálgicos de la otra sociedad opulenta y bien considerada. Es la ley preferencial del amor al prójimo del Evangelio de Jesús... Y prójimo no es solamente aquel que encontramos en nuestro camino, si no aquel en cuyo camino nos ponemos. Por eso Jesús sale a la rebusca nocturna al encuentro de los que han sido expropiados de sus vidas... No importa tanto la fe que se ofrece, sino la esperanza que se propone... La cosa tiene más capas de cebolla de lo que parece. Cristo no se busca a sí mismo, sino al «otro», al que le busca a El. .. Esta es una de las buenas razones por las que me gusta venir a hacer la guardia de acogida en el Albergue todas las noches del Sábado-Domingo. Para espiar y barruntar a Dios en esos prójimos que El se encuentra por ahí. .. Como que dos, más dos, más dos, siempre serán: Dios... Dios se suma a cada «uno» y se hacen próximos, se hacen pareja: Dios + hombre... Así amanece Dios cada mañana por los barrios oscuros de la ciudad, por los barrios abandonados de la sociedad. Es El y su «oveja» encontrada... Siempre... siempre... Dios habrá pernoctado en la iglesia y en mi celda de convento, pero también en el chabola del preso y en la topera de Tony «lavamé» en las ruinas del Bohemia... y por supuesto en el Albergue... y a preguntarle en cual «descansó» más a gusto y seguro y acompañado... Yo no me atrevo a decirlo, aunque me lo sospecho... por sus guiños... Por eso, los que siguen pensando, que los marginales de todo pelo y crín son el 286

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