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Las 5 llagas del Señor Y a las 11 h. nos vamos a la Enfermería. Tenemos la Sta. Misa dialogada. Asiste un grupillo solamente, pero para nosotros tiene un valor de presencia especial. Es la zona del dolor sobre el dolor, y la Misa se carga más de contenido. Tiene un sentido de intercesión sobre toda la prisión... De entrada al dar la mano, uno acobardado por el deterioro de su salud, nos dice: - ¿Qué, cómo vamos? La pregunta es refractaria, pues él mismo se responde: - «Yo, mal». Nos prolongamos hasta las 12'15. Y a las 12'30 entrábamos en el Módulo 1, el de los menores. Mucha gente se había quedado «chapada» en las celdas. No les sedu– cía encontrarse con un patio lleno de lluvia y un salón lleno de ruidos televisivos y comentarios en alta voz. A veces se ven efectos del «chutazo» ... Uno se siente tam– bién sociedad y me digo sufriendo pena de no contar: -la corrupción somos todos... Confesamos nuestra fe en Dios por la mañana, y después y durante todo el día creemos en nuestro particular mundo de trajines... Y esta clase de marginados no entran en nuestro tiempo de atención y dedicación. Están fuera de cuota y de circuito... En la realidad sólo es ciudadano aquel que suda su plusvalía... los demás son paréntesis... - ¡Oye!, ¿tu meterías las manos al fuego por lo que acabas de escribir? - Pues, meterlas, lo que se dice meterlas, no. Pero sí me las caliento ... Hay una Palabra de Dios proclamada sobre este mundo carcelario. Sólo voy a traer al recuerdo 3 textos clásicos: - ISAIAS: [58, 6] «Dice el Señor: el Ayuno que Yo quiero es este: que abráis las prisiones injustas y hagáis saltar los cerrojos de los cepos». - EVANGELIO-Mateo: [25, 36] «Estuve en la cárcel y Me vinisteis a ver» - EVANG.-Lucas [4,18] «El Espíritu de Dios está sobre Mí, y me ha ungido para anunciar la libertad a los cautivos». Los textos están claros, pero las interpretaciones arriman el «ascua» a su «sardi– na» privada. Hay tipos que todo lo agarran al pie de la letra, derecho hasta la pared de enfrente. Hoy como hace veinte siglos... Buceemos un poco. Cuando Jesús dice «vinisteis a verme», no se refiere sólo a los inocentes, sino a TODOS. Y, además, la voluntad última de Dios y a la que el Espíritu conduce, anuncia que un día desaparecerán las prisiones... A lo largo de la Historia de los cristianos ha habido «escribas» de variada interpre– tación de la Palabra de Dios. Unos se dicen que, la Biblia sólo habla de la «cárcel espiritual del pecado», íntimo, individual. Lo mismo hicieron estos con las curaciones de Jesús, que era -dicen- sólo «médico de las almas» ... Como cuando habla Jesús de «justicia», reduciéndola sólo al interior... Pretenden ser los ortodoxos... Pero el hom– bre es un todo: cuerpo y economía, alma y salvación... Lo mismo todo lo que se refiere a la libertad y la Prisión: es la dimensión de todo hombre... Es libertad de prisión de grilletes y encierros destructores de la «persona» ... Pero también, cuando se afirma que Dios quiere la supresión de las prisiones, estamos en una afirmación dinámica... La voluntad de Dios no se realiza a golpe de milagros, sino en proceso de tiempo, de crecimiento, de maduración humana. Dios comparte la Historia Humana, no la suple. No somos «muñeco» de ventrílocuo. La voluntad de Dios entra en nuestro tiempo y procesos de maduración... Dios no empu– ja, pero sin pausas acelera. Eso es de andar humano, que se orienta, discierne y se pregunta... 273
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