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P. Eusebio Villanueva será feo el trabajo que pagan por hacerlo!. .. Cura: puedes bromear con el santo, pero no con las limosnas... Y se sonríe del esfuerzo y de la claridad de la respuesta. Y yo también y de buena gana. Al amigo le recomiendo que emigre a Suiza: - Yo lo conozco de 19 años. Allí todo lo que no es obligatorio, está prohibido... Estarás de paraíso terrenal... No comprende, aunque sonría... Parece cerrar la ventanilla con este comentario: - «Yo ya soy viejo para este mundo. Y total ¿para qué? ... » Y me despido hacia el cuarto de los trastos para la limpieza... Pero me queda dentro esta expresión: «un mundo viejo... viejo... », que hace sentirse «viejo» a los inadaptados, a los prescindidos, a los nadies, nulos, juanes, nada, quidam... de esta mal criada sociedad en sus malcrianzas de muchos de sus hijos hospiciados... Y es mucho trozo de verdad, que este mundo tiene mucho de «viejo» ... La edad media de los hombres y de las mujeres aumenta, escala por las estadísticas a una velocidad loca... En Estados Unidos de América el número de ancianos crece rápidamente. Pero es en Europa y en Japón, donde el fenómeno del envejecimiento de la población es más acentuado... Hoy una persona de cada siete, forma parte de la Tercera Edad. En 20 años será una entre tres. Y dado el progreso de la higiene y de la medicina este fenómeno es irreversible. Y es estupendo; pues a pesar de sus tristezas, de sus horrores, la vida es algo maravilloso. Los m•ejores milagros que hace Dios. Frente a este hecho de la vejez, que nadie niega, deberíamos prepararnos a cambios importantes. Actual– mente todo está orientado a la juventud en Occidente. Y la preocupación de tener una clientela joven. Se desarrolla sobre todo la pediatría y la medicina de los jóvenes. ¿Es esta la recta percepción del futuro?, se preguntan muchos sociólogos. La Iglesia, las Ordenes Religiosas andan angustiadas por esa edad media que sigue subiendo... No se trata de actitudes antijuventud o de criticarla. Sería una actitud suicidaria... Pero hay que ver la realidad. ¿Los sacerdotes, como los industriales y los políticos, los comerciantes, las autoridades, los medios de comunicación, vamos tomando conciencia que nos dirigiremos cada vez menos a un público, a un «mercado» joven? Yo lo veo en el Hospital: la lucha contra la debilidad de la vista, la sordera, el reumatismo, la descalcificación, la demencia senil. .. son ramas prioritarias. Enfer– medades y servicios como respuestas a los handicaps de la tercera edad... Incluso la edad media de los ingresados, a ojos vistas, es elevada... El envejecimiento es un hecho en nuestra población. Y se lucha por la sanidad de este sector en todas sus dimensiones. Hay una preocupación en la vida social para que no se conviertan en vegestorios inútiles, que ya no tengan gusto por la vida... Y que no constituyan una carga insoportable para la populación joven ... Los viejos de mañana no serán los ancianos de ayer... Por eso debemos ir preparándonos para un mundo, donde seamos ancianos que se toman en carga a sí mismos y con su propia misión... Esto tiene como tarea cristiana un hermoso sentido... Andamos obsesionados por la raíz del cáncer ...caminándonos como un topo por el cuerpo... Cuando el gran interés es lo otro. Dejémonos de angustiarnos por lo de que los días pasan y se convierten en fecha y los años en efemérides. Tan inútiles de vida y talentos... Entre la vejez y nosotros hay todavía muchas calles que 252

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