BCCCAP00000000000000000000555

Las 5 llagas del Señor Viernes: 7 Enero 1994: ALBERGUE L os cielos se desangran. Llueve como para siempre. A las 8 h. de la mañana es aún la noche. Me voy para el trabajo en el Albergue... La lluvia borra la ciudad, pero no los recuerdos. Estos han despertado conmigo y juntos hemos hecho alabanza con los «Laudes» y la Comunidad.... Ahí voy yo, calle alante. Es aún de noche y hace frío. En esta hora a las gentes les da igual, cada uno va a lo suyo o sigue descansando de lo suyo. Y a Dios ¿le dará todo igual? El nos ha dejado un mandamiento de amor para llenar las jornadas. Un mandamiento escrito en una piedra de la Biblia. El es Amor siempre y a todos y en cada momento. Por eso el que no ama no puede ir dando los «buenos días» completos, Por eso al llegar al Albergue doy los ¡ Buenos Días! completos al que me abre la puerta... El se interesa por mi salud y mi existencia en general. Ser pobre no es ser burrón. Y él es pobre, pero con principios. Siente el frío y la humedad y suspira por el verano allá tan lejos: - «Tengo los pulmones picados y con esta humedad estoy como para la piedad de los perros. ¡Que venga pronto el verano! El verano es la capa de los pobres... Le animo a que doble la ración de colacao del desayuno que están sirviendo. Eso es calefacción central. .. Pero ya se sabe, cuando del cuerpo no vienen los corajes, las simples ganas no obedecen catecismos. El verano, y aquí una buena primavera, visten al pobre de tierra y cielo ... Yo mismo siento mis zapatos calados de agua escurrida, que me llevan algo rastrosos por una edad de 60 años. Claro que, yo puedo abrir la profecía de mis alas -la fe y el amor- para lanzarme a los caminos con todas las limitaciones, pero sin angustias... Aunque a mi edad ya somos como el asno, que sufre la carga, pero no tolera la sobrecarga. Un nuevo albergado espera ya a la puerta para salir de estampida. Le reclama la ciudad y sus calles. Después de obsequiarnos mutuamente los «buenos días», le pregunto: - Con prisas, ¿eh?, ¿a trabajar ya? Me miró tan largo rato que creí que había olvidado la pregunta. Pero no - «El trabajo ni conmigo ni sinmigo. No puedo trabajar. Tampoco quiero. ¡Si no 251

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz