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Las 5 llagas del Señor uso y al abuso y a la intemperie [yo me entiendo]. Dios está con ella. Es «temerosa» de Dios, como se lo leyeron mal en el catecismo de antes; pero más temerosa de los hombres por desgracia. Yo la digo muchas veces que Dios es Amor y ella también y basta... Elevo una mirada sobre los tejados y «veo» la ausencia de los Astilleros ¡Ah, en aquel tiempo ...! Ahora hay mucho de patio baldío. Los tiempos fueron. Las costum– bres se mudaron. Todo se dispersó... Eso es precisamente el Sábado. Un espacio de libertad. Un borrón sin cuenta nueva. Algo mejor que el Domingo. El Domingo por la tarde ya lo cubría la sombra alargada del Lunes. Añoro dolorida y gozosamente aquel ambiente en Astilleros de camaradería, de sano humor en medio del trabajo rudo y mal pagado. Como que el sol salía para todos, pero no a todos calentaba igual. Compañeros fantásticos. Cierto que había de todo, como en cualquier colectivo. Pero la mayoría de calidad y buen humor. Recuerdas a aquel aprendiz que siempre que cobraba decía guardándose el sobre: «el dinero no es lo importante, ¡pero cómo ayudaaaáá !» ...El trabajo juntaba. Dividía el reparto salarial. .. como siempre... O, aquel otro, que en la botadura del «Géminis» decía: «en este país lo que importa no es qué gallina puso el huevo, sino la que lo cacarea». Ahora entre todo eso desaparecido uno navega mal entre los recuerdos. Pero siente gozo en estos otros menesteres con lo seco del aire y lo limpio de esta luz enorme que nos llena. Los recuerdos se van, aunque me dejan su dolida ausencia. Del Albergue se largan los «huéspedes» con prisas inusitadas. Y uno se pregun– tará en qué y para qué administran su tiempo. Algo les llama y espera fuera. Hay trabajos adelantados para el Domingo en la cocina y allá se afanan. Un responsable de limpieza sale protestando de uno de los dormitorios. Lo hace muy garganta profunda. Alguien de los que han dormido ha dejado debajo de la cama toda una bateria de zapatos y calcetines... - ¿ Tú te das cuenta? ¡ 14 zapatos en bolsas y oliendo a cuadra! Este ya se largó a la calle. Pero cuando vuelva me va a oir. Apestando a todo cristo la noche entera. Este zapatón piensa que los demás son gorrinos como él. En este país hay mucho chulo. Cualquiera que silva un poco se convierte en capador y se cree con derecho a hacer lo que le de la gana... Yo trato de calmarle asegurándole que quien acumula 7 pares de zapatos es porque en su niñez no tuvo nisiquiera unas alpargatas... O porque ha sufrido duro y feo las inclemencias del frío y la humedad... ¡Vete a ver!, la historia de cada uno. El resuella todavía la indignación: - Sí, claro. Y porque nunca supo lo que es tener los pies limpios y la nariz aireada... Y, además, es un roña hijo de..., que no da un vaso de agua ni a su ángel de la guarda. - ¡Hombre!, una buena acción excluye toda recompensa. Y eso es lo que tu haces ahora en la limpieza. Y se metió en el dormitorio seguido de su propio portazo. En la Sala de la TV hay que hacer limpieza concienzuda. Todos los restos de la fumadera andan por los santos suelos. La corriente de aire sacude una ventana, que chilla como una golondrina. Huele a tabacazo, a petróleo apagado y a velas de esper– ma, que es el olor de los interiores y del hastío de las casas. Como si habitaran niños de lento y torpe aprendizaje... 25

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