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Las 5 llagas del Señor - Y luego la mañana al despertar. Hace unos instantes la Policía se ha llevado al hospital a uno de los alberguistas. Es drogadicto y en la noche se ha «picado» en el servicio higiénico. Le hemos encontrado esta mañana todo arrugado y pensamos que estaba muerto. Sobredosis. Pero aún vive. No sabemos más... esperamos noticias... ¡Qué disgusto! El tremendo problema en la juventud de hoy, la drogadicción ... Me entró la tristeza por las puertas del alma. ¡Ah!, esa edad creyendo en pájaros preñados, en paraísos artificiales, en felicidad de evasión a los problemas reales del vivir. Amamantados o refugiados en la cultura esa de la droga. Cada uno sentado en su propia edad de piedra, de irresponsabilidad, o de hastío, o de desesperación, o de otras tristezas varias... Un muchacho joven y con el mundo intacto para mirar, para crear, para luchar, para existir a tope. La vida, que se le ha dado y que está arruinando para el resto de la cosecha de sus días... Tantos dramas del ayer y del hoy, de aquí cerquita, casi del mañana, del mañana sin casi ... Y te deja ese mal regalo, esa sensación de inseguridad por el futuro, que incita al dudar del hombre, al dudar del mundo... Pero esta ciudad es grande y está capacitada para cobijar todos los olvidos... en la miserable cuota del vivir que nos toca. Hay una filosofía de la resignación: todo el mundo tiene que vivir y lo primero es poder llegar al día siguiente. Los sueños de tantos jóvenes son como los dibujos de los neumáticos de los coches... Día a día se van quedando en el camino, en el asfalto y, al final, no tienen nada con qué aferrarse a la vida... Hasta que un día el neumático revienta... ¿Se dejarán rehacer, al menos, un «recauchutado»? Proyecto Hombre, aquí al lado, pretende eso con los drogadictos que quieran desengancharse... Tenemos que intentar ser profesionales de la espera y creyentes de la Esperanza. Y señalar la dirección de Dios, haciendo camino «con» ... Cambio impresiones con los internos. Hay gozo y gusto por estas fiestas en el Albergue. Han tenido buena, sabrosa y abundante comida estos días de la Navidad y Salida y Entrada de Año... La solidaridad ha venido de muchas partes y se ha compartido con otros pobres del Barrio a través de su parroquia... Me preguntaba el otro día un señor con el que frecuente y largamente hablo: - ¿De dónde sacas tú la esperanza para trabajar en esos sitios donde andas? - Desde ahí, amigo. Desde el Pueblo y Dios con él. Fue siempre así en mis largos años de capellán emigrante y obrero al mismo tiempo. Sino no hubiera aguantado... Aquí en esta Asturias tenéis los asturianos un corazón de «santina», fundidito en ese «albergue» de cariño que es la Covadonga de la Madre de vuestras montañas asturianas... Yo lo sé, porque lo estoy viendo: si alguien te pide techo o comida y no puedes o no quieres darlo: invítalo al Albergue. Estas 4 Hermanas «acogerán, cuidarán y confortarán con todo su corazón y con toda su fe. Y si encuentras una persona en cuyo corazón nunca cae una «lluviecita», invítala a visitar a estas Hermanas... Y el diálogo será Palabra que se hace «carne», vida, estrella, luz y paz... Y se sentirá vista y tratada con calidad de cuidado. Porque ellas son un amparanosdiós y un rincón adecuado hasta para emitir plegarias. Aquí no hay nada que no valga la pena, hasta la pena es gratis... Y sin enfermarse de libros y teologías y sociologías, con los que uno queda muy informado, pero poco aliviado. Ellas son un obsequio del Albergue y del amor franciscano, un obsequio de la casa ante el Señor. Ellas 247