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Las 5 llagas del Señor Martes: 4Enero 1994: CAPELLANIA-HOS– PITAL A I cielo le han dado esta mañana una nueva mano de pintura. Rojo-azul por sus altos y extremos horizontes. De allá vine el día, la luz. El mar con sus olas va enrollando y ahogando la noche agotada, la inunda y la arrastra del lado de los amaneceres. Si la noche nos encoge y duerme, la mañana nos recomienza... Me voy camino del Hospital madrugadamente, entre el primer canto de los mirlos y el tercero de los gallos. El día se va haciendo grande, azul y blanco, por sobre los pastos y los sembrados hasta los bosques. El sol será total, por lo que anuncia... acaparando la tierra cristiana sin honrar la pobreza de los demás... y glorificando la propiedad bien cuidada, de los jardines ricos, en plantas y metros abundantes. Es una de esas mañanas transparentes en las que se le ve la pelusa al aire... Ahí está el milagro de la luz y el calor tibio regalo excepcional del invierno... Cuando nada pasa, hay un milagro que no estamos viendo. Sí, nuestros ojos mostrencos nada perciben. Padecen nuestra pobres ojos «miopías», carencias de origen, defectos con los que crecieron y a los que se hicieron más y más... Ahí está toda la pobreza de nuestra mirada. Estamos llenos hasta los ojos de rutina, lógica y sentido común. No lo vemos, como no se ve en lo común, los movimientos de rotación y traslación de este planeta «tierra», sobre el que apoyamos, por tanto, nuestros pies. A las 9'15 entraba en relevo y tomaba el servicio de la capellanía. Estoy cansado de estos días pasados con sus atropellones de horarios y emociones. Como si almacenara en mí más nostalgias, nostalgias enteradas... Descuento para atrás, todo aquello en que me enrolé como servicios de juventud... Vuelvo a recuperar lo sido y lo vivido, a reunir el alma y los amigos, recordando por todas las roturas de la memoria. Fumando no más para chupar los olvidos de afuera, como hace uno siempre con los pedazos de recuerdo ... Entonces, después, la vida cada vez más en serio... España, Bélgica, Suiza, ... predicador, profesor, capellán de emigrantes en trabajo de parroquia, obrero una veintena de años por diversos trabajos... Y ahora aquí de nuevo... diligentil y ayudando como se puede y se acierte... Con un corazón y una fe, como de perro con dueño. 243
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