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Las 5 llagas del Señor fueran gentes que se levantan sin ganas de hacer nada... Decir esas cosas generalizadas es una sinvergüenzada muy aparte. Es negar una realidad y retrasar lo que es urgente: una respuesta eficaz. Esto es algo serio, grave. Otros optan por IGNORAR LA REALIDAD: ¡ojos que no ven, conciencia que no chilla! Se trata de no enterarse de lo que sucede más allá de los cristales de las gafas o de la ventana... Como uno está relativamente bien ¿para qué amargarse? O la postura del desobligado: «allá cada quisque con sus problemas». Yo no «importo esos problemas, que tampoco me los exporten» ... No le interesa lo de los demás si no es para chupar y luego escupir, para servirse sin contraprestaciónes... Que cada uno se agarre a su camino, sabe Dios a dónde... Los hay también que se quedan mirando al cielo, como gallina que ha bebido agua bendita y «piando su Santo Dios y el Bendito» ... Las cosas de la tierra les distraen y apartan de su séptimo cielo inlocalizable... Eso sí, la memoria les reviene al acercarse las fechas de la «declaración de impuestos» para recordar «urbi et orbi» a toda la feligresia, desde los canceles y púlpitos de las iglesias que «no se olviden de poner la crucecita (+) en su «casilla» correspondiente... La palabra «solidaridad» o está a sentido único o no consta en sus diccionarios de economía o para otros en sus teologías de tres al cuarto... Estos pensantes de la sociedad -que siempre serán excepción pero numerosa- se tienen por «centro» y «norma» y «enterados» ... y están más de vuelta que una carta sin dirección y con remite... No saben... no sabemos... ¡Pregunten por ahí!. .. Puede terminarse en la amargura, en el desencanto, en el desánimo: LOS VENCIDOS POR LA IMPOTENCIA: se anulan ante la situación laboral. En la lucha cotidiana cuerpo a cuerpo con la vida, puede venir el desánimo y la deserción. «Contra esto no podemos, nos sobrepasa», nos desborda la enormidad de proble– mas y nunca llegaremos a solucionar nada... Son gentes dóciles para la vida mula... Y que no saben dónde vamos a parar, por que se lo están preguntando todos los días. Y se entra en la amargura inactiva, resignada y entregada y el «¡sálvese quien pueda!» de naufragio para todos ... En sus proximidades merodea «Carpanta», eterno hambriento... De estos, lo mejor es huir, su sufrelotodo bobalicón es colaboracionista con el mal, con el paro y antes con el abuso y corrupción. Colaboradores negativos, pero colaboradores en fin de cuentas. Y si te descuidas, desmoralizadores y desmovilizadores. También los hay pescadores a río revuelto: Los que UTILIZAN DEMAGOGICAMENTE LAS SITUACIONES DEL PARO: es utilizar los problemas del paro para los proyectos partidistas y políticos. Se usa el «paro» como «garrote» con que sacudir, no como problema urgente a solucionar. No son los «parados» lo importante, sino el fenómeno paro para desestabilizar... Se utiliza y alborota con la garra puesta en otra presa, y con el dolor ausente... Se vocea la mercancía del «paro», como la sardinera de Santurce, pero sin importar el precio. Sólo interesan los votos, situarse, anteponerse, sustituirse, ser alternativa o no descender del «machito». Pero puestos a construir economía a compartir, a apretar el cinturón, hacen lo del Tío Gilito de nuestros «Tebeos» infantiles: quitarle el chocolate al loro... Lo mismo los de las derechas que los de las izquieradas que esos -no sé qué- de los centros... No abren camino, se construyen su propia «trocha».¿Y a qué lado se hacen los pobres?, pre– gunto yo. Desde luego no a la sala de máquinas del poder... allí «estorban» ... 241