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P. Eusebio Villanueva recuerdo entrañable del vivir pasado y presente. Este es el misterio de la vida humana. El misterio del bien y del mal. Mejores de corazón que de hechos. Sólo que luego se tienen los después y vaya por Dios... Nos fuimos luego al Módulo de los Menores y preventivos. Una gran muchacha– da. Algunos en espera de juicio y sentencia, con todos los temores en el diafragma y otros con penas muy largas o breves... Parecen muchachos sin ángel de la guarda o que anda mirando para otro lado... En el fondo una terrible acusación para la vida de familia, la educación religiosa y cultural y para la Sociedad. Una interpelación que ahora mismo no queremos entender o miramos «para otra parte». Y que ciertamente la tenemos recluida en unos Módulos penitenciarios entre muros y rejas insonorizados para los llamados «libres» ... Y a quienes negamos el agua en la boca del cántaro. La mayoría irán un día en libertad y volverán en su movimiento alternativo y casi sin salida... Son como los pollinos de los gitanos, que de nacimiento saben todos los caminos del vagamundo, ida y vuelta. Como caballos, no patas arriba, pero sí patas patrás ya... Con dolor estoy convencido de este villano destino... hasta 7 veces 7... El Santo Dios que todo lo rueda, nos rellene de responsabilidad el hueco de alma de nuestra Sociedad y el vacío de fe y compromiso de la Iglesia ante esta juventud que no está, pero que debe estar, a vida o muerte. Y por reclamación de Dios que nos lo demandará... Y no nos escapemos por los cerros de Sión, con toda lectura y suma doctoración a la que tan «adicta» es nuestra zona pensante y organizante... Que la iglesia primera pasó por las Prisiones y muchos por los dientes de los leones... 224