BCCCAP00000000000000000000555
Las 5 llagas del Señor Sábado-Domingo: 18-19 Dic. 1993: GUAR– DIA DE NOCHE EN EL ALBERGUE L a rueda gira y el día se hunde bajo los pies de los hombres o se huye por el alto cielo. Son las 8 h. de la tarde-noche cuando llego al Albergue para la guardia de esta noche. Vengo del hospital donde he estado dos horas y media supliendo a un compañero capellán. Es la hora del viento pasacalles. Gijón-costa de noche está tan bello, que parece mentira. Entro en el Albergue. La noche negra, alta, presidida por la rebanada de luna creciente sobre la infinita soledad del hombre. Se congregan y esperan la cena frente al televisor. Cuando avisen, todos a calentar el estómago, que tenemos frío... Llegamos al término del Adviento, este tiempo de propiciación. Tiempo del Dios que viene y del hombre que se acerca. A medio camino son mejores los encuentros. Dos esperanzas mutuas. Y en medio esa figura que nos interpela estos días: Juan el Pregonero-Bautizos. Pidiéndonos sin contemplaciones «ALLANAR-bajar y rellenar-NIVELAR» esos caminos de hombres en los que andamos. Ahí está subido a un peñasco, sobre las aguas de nuestros «Jordanes», encaramado sobre sus largas patas... ¿qué es eso? ¿Un hombre, una langosta, una «caña movida por el viento»? Es el ángel del hombre, su Precursor en el caminar. Viene pidiendo austeridad, compartir, cambiar... no irá lejos... Pide una nueva vida en una nueva sociedad ... Bautismo de agua y bautismo de Espíritu. Purificación y vida nueva... Cosas tremendas, definitivas, coherentes. Anuncia el desengaño de una experiencia vieja y el cambio de rumbo hacia otro porvenir. Ayer, como hoy. Lo mismo y el mismo. Nos hemos lanzado a un progreso tan mal orientado que nos da crecimiento en riqueza y engendra pobres a manta. Es la riqueza de unos pocos que tienen casi todo y una multitud que no poseen casi nada. Hoy casi nadie presenta el progreso económico como un bien en sí, como la panacea de todas las soluciones. Y el reverso es preocupante: agotamiento de algunas energías y ruptura de algunos equilibrios naturales... Son daños del progreso. Es un precio ecológico, social y cultural. Por eso, ahora mismo, muchos hablan de «humanizar» el progreso, «dominarle», «reorientarle». Pero eso en cierto sentido es hablar de la rosa sin espinas, el alcohol sin la embriaguez, el más sin el 203
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz