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P. Eusebio Villanueva A las 7 h. de la tarde celebro la Misa en la Capilla. Pocas personas presentes. La hago intercesora por toda la familia hospitalaria. Llevo 3 comuniones a enfermos. He administrado los sacramentos de enfermos a dos señores en estado de extrema postración. Pienso que no terminarán la noche. Su vida está llamando del lado del Padre. Los familiares de un de ellos, las hijas están desoladas. Todo el dolor es del lado de acá... Los pies de Jesús en nuestros caminos se oxidan en los nuestros. Y la enfermedad nos convierte en silencio y soledad hasta los santos óleos... Bajo las altas horas estrelladas de la noche el dolor se agranda. Salen quejas, dolidos suspiros, de algunas habitaciones... La tristeza es como la sombra, se agranda con la noche... ¡Ah, la tristura!. .. Hablo con una señora de 84 años a quien la he traído esta tarde la comunión. Habla como si fuera muchos. - «Hay días que son duros. Pero no hay que perder la serenidad... Ya se sabe... ciertos días se suspira... otros se aspira... Pero cada día, al menos, se respira.... » - Sí, abuelita, es mejor ocuparse de las penas de cada momento, que no pre– ocuparse de lo que pueda venir... La pequeña dicha anda entreverada por las pequeñas desdichas de cada día. Ser un poquito más feliz con lo que se va teniendo bueno. Que no siempre el sol lo tenemos a la espalda. Eso, ser más felices con lo que sí tenemos y menos desgraciados con lo que a veces nos falta. Quizá sea esta una de las buenas lecciones que he aprendido de mi vida tan lijada. Hace años que lo supe, lo sé, como se saben de verdad las cosas: viajando por mis adentros, desde las entrañas hasta la cabeza, y no al revés. Un joven ha tenido un accidente de coche. Le ingresan en Urgencias y fallece. Es triste y doloroso atender estos casos. Así tan joven, tan la vida por delante y las ilusiones a tope... y ¡zas! Cambio de singladura. Apenas había empezado a vivir y ya imponen levar anclas... Para sus familiares desde ahora, cada alegría, tendrá la contracara de este recuerdo, la memoria de este llanto en que les dejo... Fuera es de noche. Dentro de ellos también... El Hospital un inmenso dormitorio... y la esperanza... Amanece por todo el vientre del cielo... Escucho la radio con sus noticias frescas. Uno saca impresiones curiosas a estas horas de alerta, de despertar. Los Presiden– tes de la CEE han estado reunidos esta noche para estudiar los problemas globales. Por los comentarios parecen contentos como perros con dos rabos... Sin embargo la situación es seria y con enormes problemas ahora mismo... La democracia no es lo que es, sino en buena cantidad, es lo que parece. ¡No es de extrañar! Para eso estamos en la mamadera de una cultura del envase... Lo vemos en la tele, en la calle, y en la política. Hasta lo vemos en la Iglesia a veces «consumista». Se da más atención, muchas veces, más al rito que al amor, al funeral más que al muerto, y a la Misa más que a Dios... Una vez más me digo: 188 - Las cosas con destino tienen que nacer de abajo hacia arriba y crecer muy de dentro hacia a fuera. Y así habrá para todos de comer y de amor, de crecer y compartir. Lo demás será empeñarse en buscar cuatro lados al triángulo. O «pedirle peras al olmo», en lugar de plantar perales...
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