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Las 5 llagas del Señor paz, la mísera, a la oración si no lleva a la acción, a la entrega y en el nombre de Dios o del servicio al hombre... No es echar la carga a Dios, sino encargar ayuda... No está mal orar cuando se tiene miedo. Pero la oración no es principalmente un refugio contra el miedo. Cierto que «sólo Dios sondea los riñones y el corazón» ... Pero «el miedo y el amor no comen en el mismo plato», dice un proverbio español. La oración nunca debe ser un producto de sustitución ... Otros hay que denuncian como inútil la oración por el desacuerdo al interior de los cristianos entre sus actos y sus rezos... por flagrante falta de coherencia. Y también por la inhibición de ciertos cristianos rezadores ante los problemas de la vida, de los hombres y de la sociedad... Deberían ser inseparables la relación entre oración y acción-compromiso. No se le dice simplemente a un enfermo, que te comunica sus inquietudes: «reza y todo irá bien». No, si no orienta, ayuda, ámalo, conforta, acompaña... y luego en el secreto de tu corazón o con él ora fuerte y confiadamente. Añade la oración a todas las fuerzas positivas que hay en él. .. Si una madre «pierde» su niño, no la digas piadosamente «es ya un ángel del cielo, él es feliz». Eso es pecado de idiotez. Aunque lo quiera inspirar la fe. Eso es feo y bruta cosa. Hay otra manera de expresar la fe, de acompañar en el dolor con la fe... No se prometen oraciones a los pobres, a los parados, a los sin amor, si no es con la otra solidaridad que trata de ayudar también. El «yo rezaré por tí» debe llevar a un compromiso de sentir y de vivir entre los humanos. Lo otro es oración insuficientemente cristiana y no evangélica. Siempre estará ahí la doble tentación. Para los «fuertes» será el fiarse más en su acción que en la oración. Para los «débiles» es la de refugiarse en la oración por miedo a la acción. ¿Qué es pues la oración? Es reconocer la iniciativa de Dios en el centro y motivo de mi acción de hombre. Es testimoniar que El siempre está presente y activo en mi vida. Por mi oración yo testimonio que es finalmente Dios quien constituye al hombre. Y esto transfigura la vida... No es la vida la que dirige la oración. Es la oración la que debe dirigir mi vida... Y desparramarse por los cuatro dolores-amores de mi sangre... Si la vida dirige la oración, no es otra cosa que cortar la oración en unos ratos de la jornada... Y éso sirve para muy poco... Si es la oración la que dirige la vida, entonces el sentido global que yo doy a mi vida es la de mi fascinación por Dios... La oración nunca deserta de la vida... Y la vida es materia prima de la oración ... Corazón a corazón con Dios. La oración abre un espacio donde Dios puede actuar. Por eso es ella otra mirada diferente sobre la vida; otra visión del mundo y de los hombres. Ella impone la pregunta, no de «¿Qué es lo que haces?», sino «¿qué es lo que eres?». Entonces se comprende lo que decía Simone Weil: «El MAL es lo que interrumpe la oración». Son las personas en «oración comprometida» las que atraen la irrupción del Espíritu sobre esta tierra... Hoy ha sido un jornada de «rutina», rutina de movimiento, no de sentimiento. He visitado 4 plantas a la hora de las visitas ... Muchas personas ya entradas en años, penas y lágrimas por los corredores. También muchas sonrisas y alegrías y flores y consuelos por las habitaciones. Cuando las visitas familiares pasan, en las habitaciones queda mucha paz y ánimos reconfortados para sobrellevar la hospita– lización. Ante la Navidad próxima hay muchos ojitos que se iluminan por la prometida salida a sus casas... 187
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