BCCCAP00000000000000000000555
P. Eusebio Villanueva Jueves: 2 Dic. 1993: ALBERGUE E sta mañana he madrugado el alba. Antes que el despertar de la ciudad. A las 5'30 h. en noche reinante aún, ya andaba yo revolviendo papeles de un pasado. Como estoy predicando la Novena de la Inmaculada en este convento, tenía que prepararlo anticipadamente. Son varios los compromisos que hoy tengo y me cronometran los tiempos disponibles. Por eso he decidido madrugar la prepara– ción ... Cierto que encontré el comentario que buscaba... Pero también caí sobre unas notas que me he llevado a la capilla para el tiempo de la oración. Es buen método para entrar en reflexión. Y es provechoso también volver sobre reflexiones saboreadas en el pasado. Vamos allá. «El enfermo y el santo, es alguien a quien Dios no deja tranquilo». El diablo tampoco. Así, a bote pronto, parece afirmación bruta. Pero es una manera de decir algo más profundo que la cortedad de las palabras. Dios descubre en ellos la posibilidad de rendir en propia grandeza del enfermo o del santo no hasta el cien por cien, sino hasta el «Dios por cien». El ha encontrado el filón a extraer, y la espoleta para hacerlo saltar a la propia fecundidad del mismo Dios. El mismo es fuerza y gracia, ya incorporados al circuito de Dios. Por eso ellos son los «expertos» de la Vida... Otra: «Hay gentes que, bajo apariencias religiosas, son inhumanas». Yo me siento obligado a añadir: yo las he encontrado y finalmente no me queda más que la oración para ayudarme a amarlas y respetarlas... incluso. Una página del diario me ha sobresaltado el corazón. El «Testimonio de Mons. Ancel en su lecho de enfermo»: «No es con lo que sabemos como nos va a formar Jesús... No es con una bella teoría que Jesús nos formará... Jesús comienza por despojarnos de nuestras teorías... tenemos demasiadas ideas sobre Dios...Yo no sé cómo explicar el sufrimiento... Cuando ya no se sabe lo que se hace, cuando ya no se sabe para qué sirve y cuándo se está disponible incluso, entonces Dios puede servirse de nosotros a su manera... Eso nos impone aceptar la vida, eso nos exige el aceptar el no poder hacer nada... En la medida en que se dice: yo no sé, se acerca uno a la Adoración ... » ¡Maravilloso! Testimonio lleno del Espíritu. Fuente de vida, lejos de sentirse artificialmente conseguida, que brota por las fisuras de una pobreza amada y amante. Balbuceos de un corazón que ha aceptado romper las amarras del 170
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz