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Las 5 llagas del Señor El que llega a esta situación de pobreza -sin casa- es un ser condenado a desaparecer a corto plazo. Y el hundimiento es total: abandono de su persona y del entorno social y cultural. Sin manos hermanas que le salven, sin una piel y una vida contigua que lo sostenga. Su vida se reduce a tres actos: comer como se pueda, dormir a la intemperie y andar... andar... o reventar. Quizá las dos cosas. Han escogido caminos o a éllos les han echado, que no llevan a ninguna parte, al menos sobre esta tierra durísima... Para mí queda fijado este trabajo de limpieza en el Albergue para las mañanas. Todos los días que tenga libre la mañana a las 8-11 horas. El sol comienza a hacerse duro en la llaga de la mañana. Gotas de sudor como lágrimas saliendo por los poros de los inexorables rollos y tejidos conjuntivos. El trabajo se hace con afán solidario dedicamiento. Ya se sabe, la vida no es ni mala ni buena, sino la única que tenemos y hay que darla un sentido, calificarla... Después del 20 próximo comenzaré a hacer las «guardias de la noche»: de 9 h de la tarde a las 8 h. de la mañana. Noche de Sábado a Domingo.¿Mi cometido?: acoger a los que lleguen a cualquier hora de la noche y a los que la Policía recoge por las calles durmiendo y atender al teléfono del albergue. Proveerles de ropa de cama y demás y hacerles la cama y señalarles su plaza respectiva... etc... Tendré tiempo para preparar la Liturgia Dominical y completar este «diario». Terminado mi trabajo por hoy, me voy para la calle, saludando a unos y otros, los rezagados... A la salida me espera un amigo, antiguo compañero de trabajo en Astilleros del Cantábrico. Muy al quite siempre para denunciar las injusticias, lo que duele y machaca a la clase obrera, lo que oprime en cualquiera de sus formas sociales. Pero también para compartir lo que da alegría buena. Su saludo-comen– tario es rápido: - «Ya te saliste con la tuya. Ya «echaste tu suerte con los pobres de la tierra». Total, para que la estructura de tu Iglesia os vaya recuperando-integrando si en algo acertais, y abandonándoos, escoriándoos si fallais, si las cosas salen mal» ... - ¡Amigo!, dice el Eclesiastés (3, 15), un Libro sagrado: «lo que fué hecho eso mismo permanece. Lo que ha de ser ya fué». Este compañero ha sido y es un buen luchador desde otros nobles presupuestos ideológicos. Pero con el mismo servicio solidario a los hombres machacados. Y sin abandonar la Historia que duele. Es de los que dicen que, si Dios existe, pelea de nuestro lado. Y que el capitalismo puro y duro es capaz de extraer plusvalía hasta del hambre y de los vómitos. Cada día me convenzo más que es imposible «cambiar» al Pueblo de Dios sin reincorporar a los marginados de toda suerte. San Francisco de Asís lo vió claro. Porque era su fe, su amor y la vida, quienes le mordían su alma y su cuerpo. Por eso lo vió antes que nadie, lo vió venir... Y, por eso también, lo primero que hizo fué irse a vivir «noviciado», ejercicio espiritual, con los leprosos. Con su acción quería significar otra cosa... Y lo digo con la palabra herida por no haber sido ese «testigo» en la vida con que la oportunidad me implicaba la fe. Sólo he hecho algo de camino durante 25 años como capellán y obrero «entre y con» los Emigrantes Españoles en Europa... ¡Cuánta vida hemos corrido juntos! ... Lo digo sin soberbia ni falsa humildad. Sabiéndome pedacito de algo mucho más vasto... Yo estaba, por decisión personal y libre, en el mundo ese, no era un refugiado del «mundo». Necesitamos 17
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