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Las 5 llagas del Señor A las 11 '30 nos vamos a la Enfermería. Celebro la Santa Misa animada por el grupo de Voluntariado. Les entregamos la Palabra y la Presencia del Señor. El dolor humano siempre es una «tierra» sagrada donde Dios puede lloverse... Visitamos el Módulo de los reincidentes. Nos estaban esperando. Saludos, hablamos en grupos, cantamos con ellos. Para ellos -nos dice- es como salir de un mundo submarino y respirar otro aire a flote... Volveremos en la próxima visita... La cárcel es un mundo en el mundo. Un tremendo «trasmundo». El interno es un obligado a entrar en ese mundo contra su voluntad y proyectos. Así de golpe. Sin tiempo de adaptarse ni a la idea ni a las vivencias con las que se topa. No le quedan otras salidas. O se adapta mejor o peor o revienta por adentro o la fuga «imposible» hacia fuera o soñándola hacia la evasión interior. Este «clima» cerrado lo llena todo como una sauna en la que se cuece. Sin espacios propios, sin intimidad personal, sin territorio personal, porque es de todos y lleno de todos. Brutal promiscuidad de vidas y psicologías, de tiempo y espacio. Con unos compañeros impuestos, no elegidos. Con unas jerarquías que vienen de la ley y la institución, pero con una jerarquización al interior de ellos mismos en su mutuo encajarse... Las cárceles nacieron, como un progreso, hace unos doscientos años. Susti– tuían a otros castigos y represiones más crueles del pasado. Eran una creación más humana. Castigar el delito sin destruir la persona y con una misión de regenerar al preso. Y esto como mal menor. El proyecto era acabar con la necesidad de la prisión. Así lo pensaba aquel gran Asturiano Jovellanos: «cada escuela abierta cierra una cárcel». Hoy para sobrevivir ha de acatar el código penitenciario y el «código del recluso». De aquí la doble llamada: o hace un replanteamiento de su vida cara al futuro o se deja ocupar por esa subcultura en la cual se halla inmerso. Superar esto es muy difícil y sólo pocos lo lograrán. La organización carcelaria está planificada para la custodia y retención hasta cumplir la condena. Toda la prisión está construida en esta finalidad principal. Las otras ofertas de la prisión parten de esta seguridad y a ella se atienen ... Por eso el trabajo de los funcionarios es particularmente difícil y delicado. Pienso que es una de las profesiones más a cuidar socialmente, mientras existan cárceles. Y más a valorar y preparar y dotar de medios... Se arriesga mucho porvenir aquí, de los internos y de la sociedad... A la 1'30 volvíamos para Gijón comentando los encuentros y conclusiones a sacar. Casi no tengo ganas de comer, pero sí de dormir, de encontrar reposo y calor. La caminata del Albergue a casa esta madrugada es una media hora de frío y humedad que me afirmó la riñonera de la noche de guardia en el albergue y me ha metido el frío soplando por el interior de mis huesos. Cojo una siesta «in pace et in idipsum» ... 163

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