BCCCAP00000000000000000000555
Las 5 llagas del Señor Son nuestras raíces humanas y por ello lenguaje expresivo de nuestro cuerpo. Y toda nuestra vida será humanizarlas o dejarse deshumanizar. La Fe aquí es importantísima, porque es la raiz que se inserta y religa con Dios: el otro origen nuestro. El importante, la señal de identidad maestra y decisoria... Cierto que nuestro mundo está pleno de diferencias y divergencias. Pero ello debe ser nuestra riqueza en la unión y no en la uniformidad. Cierto que nos cuesta comprender a los que comen diferente a nosotros y beben con fronteras de paladar. Y esto siempre que nos sacan de nuestras costumbres. Cierto que no comprendemos mucho aquello que somos incapaces de amar, de gustar o de hacer. Cierto que ya en la escuela comenzamos aponer fronteras mentales y valorativas entre unos y otros y en muchos aspectos. Pues la niñez es reflejo-espejo de la sociedad en la que se mama, se crece y se respira. Cierto que los políticos nos ayatolizan con sus ideologías de extremos y centros con las que no llegamos a ninguna parte, a no ser a las manos, sobre todo en los cabreos calificativos. Ya decía Cervantes que «cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ni ayo, ni freno que la corrija». Cierto que los «libros santos» los hemos malusado muchas veces en la historia para hacer cruzada, para masacrar en «guerra santa» y asimilar, cristianizar, devorar y deglutir a los «otros» tantas y tantas veces más... Cierto que la economía y la tecnología ha roído nuestra alma y la de los «vecinos», nuestro corazón y el de los «otros» en un liberalismo de selva, del que más pueda, del «listo vive del tonto y este de su trabajo», si puede y lo dejan... Cierto que los individuos somos muy diversos. Pero más nos vale parecernos también algo. Y desde luego no andar a los cachetazos y una convivencia llena de abrojos... Cierto... Nadie puede decir, mirando sus reacciones primarias,: «yo no soy racista». Con frecuencia se oye decir: «no soy racista, pero... » Es en ese «pero» donde se encuentran y se arraigan nuestros racismos solapados y la diferente valoración de nuestras diferencias. Allá en el fondo sobrenada la convicción del dicho africano: «aunque el mundo cambie, los gatos jamas pondrán huevos». Y, si se mira de cerca, se ve que esas valoraciones de las diferencias se orientan siempre a justificar complejos de superioridad o de derechos de precedencia y presidencia. En este sentido el racismo es una tentación (deshumanizarse), un malenten– dido (no se escucha al otro) y un atropello Uustificar la opresión, al menos teóricamente). Y más o menos todos hemos recibido nuestra ración de violencia a su indebido tiempo. Humilde y sabio el proverbio negro: «entre camellos nadie se burla de las jorobas» ... Otra expresión de racismo incluso nace en movimientos que luchan contra el racismo. Hace años se agrupan por toda Europa los afiliados a «S.O.S.-Racismo» con su slogan de batalla: «TOUCHE PAS A MON POTE». No toques a mi compañero... Está indicando que hay compañeros que son los míos y los «otros» son otros... La misma idea de «no toques a» ..., va ya contra el sentido de la acogida, que incluye la aceptación de las diferencias (olores, colores, piel, comportamientos socio-culturales, religiosos, etc.). Es esta una cuestión muy compleja la del racismo. Son muy ambiguas las expresiones que usamos y los comportamientos que adoptamos. Se requiere una 157
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz