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P. Eusebio Villanueva ampliamente clerical. .. Hay que dejar existir al otro, mirarlo y escucharlo. Eso que tan poco se ejercita con ellos... Vicio típico de los «hombres públicos» ... El Libro del Eclesiastés (9, 16) ya nos dice muchos siglos atrás: «la sabiduría del pobre se desprecia y nadie hace caso de sus palabras». Se le ha quitado voz... Siempre tiene que ser el pobre el que escucha y a quien no se escucha. Siempre ha tenido que escuchar: en casa, en el colegio, en la catequesis, en la fábrica, en la iglesia y en su mundo de rodar por la vida. Y se les despoja de su voz. Son los «sin-voz». Incluso a niveles sociales a los Pueblos pobres, que no son escuchados. que ni tienen voz ni decisión internacional... Entonces ¿quién escuchará la voz de los sin-voz? Desde siempre Dios escucha los gritos de los hombres en su corazón de Padre... Lo dice El: «cuando el pobre grita, Dios oye» ... «los ojos de Yahveh sobre sus hijos,y sus oídos hacia su clamor» (Sal.34,7 + 16). Una escucha que no queda pasiva y se hace voluntad de liberación. «El deseo de los humildes, Tú lo escuchas, Señor, Tú les prestas oído y los animas; Tú defiendes al huérfano y al desvalido» (Salm.10,17-18). Jesús sabía escuchar la vida y las personas. Es el gran escuchador de Dios y del Hombre. Y esta escucha la llevó lejos, muy lejos. Recordar ahora todos esos «encuentros» conmocionantes que abrían los corazones, es emocionante. Pero inacabables aquí. .. Nicodemus, la Samaritana, la adúltera... El Evangelio a lo largo y a lo ancho... Esto me lo voy a profundizar. Porque es mi tarea imprescindible en mi trabajo del Albergue, del Hospital yde la Cárcel ... De lo contrario frustro mi «ser y estar con ellos». La experiencia me tiene demostrado -cuando me he parado a verlo- que detrás de cada vida y de cada actitud y de cada comportamiento y de cada gesto, siempre, siempre hay razones y motivaciones. Pero pocos las quieren ver y escuchar... Comienzo un plan quinquenal de «conversión» al corazón para ver y escuchar desde ahí. Necesito ser exigente conmigo mismo, para no ser un «miracielos» o un «palabrero» del púlpito. Hay mucho fraile «sordo» y ninguno «mudo». iPerdóname, Señor del gran silencio-escucha, pero sacúdeme hasta «sentarme y escuchar... «Shema Israel» ... ¡Escucha, Israel! (Dt.6,4). Escuchar con los ojos y mirar con los oídos, es decir, todo con el corazón ... en cada encuentro. Esta es mi Fe. Por lo menos intentaré vivirla y cada día de los días... La Herna. Carmina sigue delicada del corazón, que a veces borbotea como una pota al fuego .... La Hrna. Concha se fué unos días a repostar oxígeno espiritual y cambiar de temperaturas... Las Hrnas. Julia y Carmen en el tajo del servicio y la marcha del albergue. Practicando la Virtud Eminente de hacer sencillamente lo que se tiene que hacer. Decía San Juan Crisóstomo: «No me digais que es imposible cuidar a los otros. Si sois cristianos, lo imposible es que no los cuideis». Las gentes del albergue, globalmente son transeuntes, de ida y vuelta en movimiento contínuo. Como si les persiguiera un extraño presentimiento de que el día que se paren, ya será en vía muerta. Un proverbio francés nos dice que: «Quand on ne sait pas ou l'on va, tous les chemins y conduisent». Cuando no se sabe dónde se va, todos los caminos conducen allá. Esta noche, la policía ha vuelto a traer del frío y de la noche a una señora desamparada también de sí misma. Atípica y asocial. Y, como se las sabe todas, al amanecer enfila la puerta y se larga a su callejera vida. Prefiere marchar a ducharse. Cuando las cosas se ponen feas y se siente mal, entrada la noche se coloca a la vista 154

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