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Las 5 llagas del Señor sacrosanta razón no tiene ningún derecho a escamotearnos la realidad total, el acontecimiento completo. Porque ello, la razón mostrenca, no vea más que con su luz claroscura de andar por esta «casa» de sombras. Sus telescopios y microscopios ven hacia a fuera de la realidad y corto. NO hacia a dentro. Y es, precisamente, «dentro» donde está la fuerza de la resurrección de Dios. Por eso, nada más creativo, nada más vital y existencial, que la muerte. Como nos dice Cristo y repite San Pablo: la muerte es un parto y una liberación definitiva y expansiva. Dios ha terminado ya de crearnos. Somos el «Opus Dei» en la gloria de Dios. Para siempre. Pero todo alumbramiento deja un «vacío» atrás, una matriz despojada, una placenta desgarrada e inútil ya, un hueco lleno de ausencia, un nido de gestación y vida de nidada volada... Y esto supone «ausencia», pérdida de contacto y servicio, función imprescindible acabada. Nostalgia de plenitudes maternas, tristeza de separaciones, ausencia dolorida, vacío de presencias... Es nuestra condición humana desde el vientre de la madre hasta los brazos de Dios. De ser y estar en lo contingente, en lo que se madura, en lo que cambia y en lo que se deteriora, en lo provisional de nuestro sucesivo acontecer, caminando de Dios a Dios. iLa Vida! Otro fallecimiento en URGENCIAS a la 1'15 de la tarde. Santa Unción y oración de entrega al Padre... Se fue, que es una manera modesta de morir. Era muy viejo y un buen puñado de años en clases pasivas. Con los ojos abiertos parece mirar asombrado el paso de una época a otra. Tan distinta, diría... y callaba... Ya seguro. A la 1'45 nueva llamada a URGENCIAS: una anciana con su corazón dando boqueadas... Santa Unción, sacramento del camino y el encuentro y las oraciones de despedida y entrega, de mano a Mano. Ni junto al anterior ni junto a esta abuelita están los familiares. Desgraciadamente hay despedidas que ya se han hecho hace tiempo. Personas mayores que ya no tienen para quién vivir y en quienes el corazón se niega a continuar sin razones para vivir. Y del lado cristiano son personas que han llegado a la «estatura» y «temperatura» de la niñez evangélica para entrar en el Reino. Realmente la muerte es un descanso en la paz y en el Padre para estos pobrecíllos tientamundos ... Don Miguel de Unamuno, que sabía de las soberbias y altanerías de la vida y de las rigideces vertebrales del orgullo, le decía así de cristiano y de evangélico a Dios: «Agranda la puerta, Padre, que no puedo pasar, la hiciste para los niños y yo he crecido a mi pesar... Si no me agrandas la puerta, achícame, por piedad. Vuélveme a la edad bendita en que vivir es soñar... » La ancianidad es esa respuesta de Dios... De nuevo llama el «busca» a las 4'28 de la tarde... En la Planta 5ª nº 522-A, un enfermo de cáncer. Cáncer con metástasis. Terminal ya a su ingreso. Sacramentos del perdón y Unción de Enfermos. Todo esto a sus 71 años. Hasta hace 15 días hacía una vida normal y en trabajo. Se sentía activo y ágil. Es fuerte y por eso su agonía se está haciendo prolongada. Hablo con sus hijas, que está desoladas y sorprendi– das... Probablemente esta noche seré llamado de nuevo para las últimas oraciones. Le acompaño largo tiempo. Cuando me encuentro con un trabajador en activo, 147
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