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Las 5 llagas del Señor Viernes: 1 Nov. 1993: -SAN a vida es tan monótona como la franja blanca que divide las carreteras. Y uno pasa... pasa... siempre pasa. Pero vivir es tanto como sentir emociones. Sin emociones no hay vida que merezca la pena ni la gana. Llevo la noche bajo una emoción y una preocupación fuertes. Me han invadido hasta el sueño de esta noche pasada. El refrán chino dice que «el sediento sueña que bebe». Y en Castilla nos arreglamos con lo de «el que tiene hambre sueña con pan». Es completo para hacer camino de «sueños» y entrar en realidades. Ayer-tarde a las 8 h. teníamos el encuentro entre el Capellán de la Prisión y los Grupos del Voluntariado Pastoral de Prisiones. Nos reunimos en Oviedo, en el Semi– nario Diocesano... Cambio de impresiones, normas, comunicaciones, proyectos, difi– cultades... Y una alegría tangible, tactil: ya tengo mi Carnet para entrar en el Centro Penitenciario en Villabona. Cárcel de máxima seguridad y nueva. De momento con 600 internos, para primeros de año sobrepasarán los 1.200. Para la semana que viene iremos a conocer los diversos Módulos y sectores. Primeros contactos con los funcionarios y posibilidades de servicio. Pero un problema, serio problema, es el transporte. Cómo llegar hasta el Centro Penitenciario. Los servicios de tren son pocos y dejan a 4 kilometros de distancia. Me decido a llamar a la empresa de transportes ALSA. Tiene un autocar los Domingos por la mañana desde Gijón. Salida a las 9 h. y regreso a las 11 '45. Mi ilusión por entrar en activo en este sector de la marginación es fuerte. Y lo doy vueltas y más vueltas en el pensamiento, en el corazón y en la oración... Algo encon– traré para solucionar el problema y facilitar el camino... ¡Señor, me has puesto la ilusión, ayúdame a solucionar lo de los medios! ¡Sé que lo harás! San Juan de la Cruz decía que «el amor ni cansa ni se cansa ni descansa». Y en el Grupo de Voluntariado lo solucionaremos. Esta mañana iba camino del Albergue dándole vueltas a este «bolo deglutivo» que no he tragado todavía. Mascar y mascar sin tragar hasta que vea claro... Yo detesto desde mis raíces el discursear para no tener que actuar. Tengo motoricidad de ideas, no palabrear como excusa. ¡Os buscaré como a Cristo, hermanos!. En el Albergue hoy son varios los que han ido a control médico. La enfermedad en ese estadio del «aguantar-qué-remedio-queda» es lo corriente en muchos de ellos. 123
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