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P. Eusebio Villanueva Jueves: 11 Nov. 1993: ALBERGUE: -SAN MARTIN DE TOURS - L legó San Martin con su «fiesta» y su pregón del invierno. Anuncio del frío. Pero este año no nos la ha precedido con su «veranillo». Ni siquiera nos ha compartido con su media capa de ese solecillo acordado... Esta mañana nos amanece Dios con frío y lluvia. No miramos a las nubes, sino al paraguas protector de caminantes. Y uno sueña la infancia. Aquel cortejo de fiestas, que celebraban la matanza. Hay que probar el vino nuevo o la nueva sidra junto al calor de la hoguera del santo. Y cómo no recordar el fria, protagonista también, en la estampa del santo soldado en guarnición militar. Un pobre tirita semidesnudo en el inclemente invierno precoz. Martín corta en dos su clámide, para que se abrigue con la mitad el mendigo. La única parte de la que podía disponer, la que él había pagado. Porque la otra mitad era propiedad del Emperador. Martín no es caballero de «mitades» ... Aquella noche se le aparece Cristo cubierto con la media-capa: «Martín me ha cubierto con este vestido» ... Después de todo, ya nos lo ha dicho claramente Jesús en el Evangelio: «lo que haceis a uno de estos mis pequeños, a Mí me lo habeis hecho». El pobre, el otro, es Cristo de incognito... Y es para cada uno de nosotros el Hoy-de-Dios aquí y ahora. Cristo siempre está delante esperando y mirándonos. No necesitamos más para comprenderlo. Porque entre El y nosotros todo está dicho desde el comienzo del mundo. Vamos hombro con hombro. Y es siempre la hora de todos para El. No está de más el aprovechar este día para pasarnos al «scanner» de la reflexión cristiana nuestro comportamiento con el pobre, el marginado, el olvidado. Sobre todo en estos tiempos tan cedidos al egoismo y a la obscena cacería del dinero. Recordar también, junto al gesto de San Martín, tantos gestos de amor y de partición como cada día vivifican y salvan la dignidad de los hombres... Y, si se mata a los hambrientos en lugar de matar el hambre, también se da la vida y se entrega la vida por los hermanos. De una vez o a torrentes de calderiila, servicio a servicio, gota a gota. El mal hace más ruido en los «mass-media» que el bien. Como en el bosque una planta que crece hace menos ruido que un árbol que 120

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