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Las 5 llagas del Señor Miércoles: 10 Nov. 1993: ALBERGUE E I cielo está gris. Un aire de desamparo está despojando la naturaleza por la fuerza. Casi sin interrupción, las hojas se desprenden de los árboles. La vida se va de los parques y aceras que cruzo en brazos caídos. El suelo se cubre de una variedad de colores hacia la descomposición. El invierno abre sus puertas y sus vientos con sus fríos... Los árboles elevan los tristes esqueletos de sus brazos y manos desocupados e inútiles. Pronto no ofrecerán más que su sola desnudez al viento, a la lluvia y al frío. Yo contemplo todo esto con melancolía. Es un mundo en el mundo que se va. Porque otro empuja naciendo. Es mucha la cantidad y calidad de vida de la que se está desnudando. Es mucha vida agotada o atropellada o mal administrada, despilfarrada... La radio Local lo comentaba a las 6 h. de la mañana. La semana pasada 15 jóvenes morían en nuestras carreteras nacionales. En esta semana 3 jóvenes se han suicidado en nuestra ciudad. Las cifras confiesan, pero «no se arrepienten». El alcohol. .. la droga... ¿Por qué? ¿Hemos tocado fondo? ¿Cuáles son las causas? ¿Qué nos pasa? ¿Nos falta savia, nos falta alma? Nos falta AMOR. Nuestra sociedad está esquilmada de «valores» de vida. No tiene trabajo que ofrecer. Ni esperanza que comunicar. Ni respuestas que dar... Sólo su televisión exibiendo el obsceno derroche de la «fiesta» del consumo y enseñando, a la vez, la manera de abrirse paso con violencias menores o a tiros... Desprecia la vida y adora las cosas. Este es su modelo de desarrollo. Y... «mañana» es otro nombre de «hoy». ¿Cuándo diremos ¡basta!? Las ideologías están maltrechas de «ideales». Y las Iglesias disminuidadas de «credibilidad» ... El joven de 21 años (¡21 años!), que ayer se quitaba la vida, fué abandonado con sus 3 hermanitos a sus pocos años. El padre, por los mares de cabotaje. Ellos en Centros recogidos. Falta de cariño... hambre de amor... droga... suicidio. La Historia se hace y se escribe con los grandes de este mundo. Y el ruido, que ellos hacen, ahoga la acción de los pequeños. Pero esta acción existe y ella construye y alimenta la vida. Cuando ella es solidaria, hace crecer el futuro. Lo que el corazón da o recibe no se mide ni se pesa. Es como las olas de choque, que se entrechocan sobre las aguas de este mar cantábrico. Es como el aire y la luz 117
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