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P. Eusebio Villanueva Lunes: 8 Nov. 1993: ALBERGUE V uelta al camino mañanero, atravesando Gijón en diagonal. La mañana amena– za, pero no dará lluvia. Atrás queda esa media-semana de ausencia. Un Cursillo en Madrid. El 11º Curso Nacional de Formación del Voluntariado Cristiano en Prisiones. Del 4 al 7 de este mes. Han sido los días pasados. Próximamente comenzaré en el Grupo de Pastoral Penitenciaria las visitas a la Prisión de Villabona. Por eso necesitaba -de toda necesidad- asistir a este Curso. Enterarme de qué va la cosa. No es honesto ir, sin más, por libre en la vida... Nos hemos reunido en Madrid unas 120 personas del Voluntariado de Pastoral Peniten– ciaria de España. Hemos acogido lo que tenían que decirnos de su misión las Instituciones Penitenciarias. Hemos reflexionado en alta voz sobre la Misión Pastoral de la Iglesia en los Centros Penitenciarios. Hemos compartido las experiencias de los Grupos nacionales del Voluntariado. Hemos destilado, en puestas en común, una ya larga y rica experiencia de los grupos: alegrías y penas, dificultades y logros, planes y compromisos, la fe y la esperanza. Ahora sí. Ahora ya tengo los pies un poco más firmes sobre estos terrenos. Ahora tengo más claro aquello a lo que voy y por qué. El cómo me lo irán diciendo las circunstancias y los internos... Uno de estos días iniciaremos los encuentros de nuestro grupo de voluntariado para programar. La base de reflexión en el Curso fué muy buena. Análisis sociológico del «hecho delictivo» y del Colectivo Penitenciario. Organización y Funcionamiento reglamen– tado de los Centros Penitenciarios. Tratamiento e Inserción social: posibilidades y limitaciones. Los Voluntarios Cristianos y la Capellanía de Prisiones: misión pastoral comunitaria. Voluntariado de Prisiones y Administración Penitenciaria. Las reunio– nes por grupos frecuentes, intensas, participativas... He vuelto «bien entonado». Este voluntariado con el voluntariado del Albergue y la capellanía en el Hospital, va a ser mi campo esencial de trabajo. Son frentes de pobrería -de medios, de libertad o de salud- de sufrimientos y de esperanzas humanas. Saludos en el Albergue. Y la noticia mala. Esta noche se albergaron a unos portugueses. Y, en coincidencia -acaso no causa- han robado a un pobre viejecillo enfermo. Lo que le quedaba de su flaca pensioncilla. No mucho, porque esto no es 112
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