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Las 5 llagas del Señor incorporados a su universo bíblico. Sobre todo aquellos que parecen venir huyen– do desde la eternidad... Hora y media de trabajo, recordando al humilde lego negrito, vestido de blanco, que veía las estrellas mirando a la tierra de los hombres. Ciertamente las «estrellas» están a la altura de los ojos y no hay que desnucarse para encontrarlas una a una: son personas. Son temibles los profetas de la ley y los que están dispuestos a morir por verdades. Porque suelen provocar la muerte de muchos otros también. A menudo antes que la propia. Y a veces en lugar de la propia. Por eso establecen distancias sociales, siempre las distancias. Hacia abajo es de desprecio u olvido. Hacia arriba sumisión y privilegios. Y una vida en la alegría. La alegría de la fecundidad, no esencialmente de la «eficacia». ¿Hasta cuándo vamos a seguir ofreciendo «tristeza» a los tristes?. ¿Hasta cuándo vamos a seguir sembrando «arena» en los desiertos?. Y todo ello con las santas «En-paz y En-gracia de Dios». Tan necesarias al pueblo de paciencia larga y voluntad de hierro, pero tan zarandeado por la vida. Ha venido el Superior del convento a buscarme. Porque desde aquí nos vamos al Obispado. Tengo que formalizar el papeleo de mi nombramiento de Capellán a medio tiempo en el Hospital de Cabueñes. Es otro centro de dolor y esperanza, de presencia y servicio. Es otra «llaga del Señor» en los hombres. En total 24 horas seguidas y las suplencias como capellán. Pastoral de la Salud o Enfermos y el entorno. Es el mundo del Hospital. Donde cada uno vive con su dolor distinto, pero haciendo historia común. Cuando uno tiene ilusión y vive de ella, hay sumas que no se «adicionan», sino que se completan y apuntalan. Se contrarrestan como contrafuertes. Una tarea más entre las «heridas del Señor» que acercan más a El. Cristo está también, como Hombre-Dios, en el Hospital de Cabueñes... Me gozo en estos mis trabajos plurales... «EI amor nace de nada y muere de todo», dijo un poeta. Y a Nietzsche de decirnos: «Donde no puedas amar pasa de largo». 111