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P. Eusebio Villanueva Miércoles: 3 Nov. 1993: ALBERGUE-SAN MARTIN DE PORRES: «FRAY ESCOBA»- oyes le fiesta de mi santo Patrono: santo «Fray Escoba», para mis trabajos de «limpia» en el Albergue. Antes de salir para el trabajo me he acercado a su altar en nuestra iglesia -y al estilo suyo- le he puesto una vela. Yo estoy contra el «velorio». Y farruchamente. Pero como ese era su estilo de hacer y expresar su fe, pues yo he querido que me «entienda» y atienda. Y le he encendido la vela. Lego y negrito el santo Martín de Porres, se merece una y todas las excepciones al protocolo. Mi premio es el «reconocimiento», que es también el regalo que doy. El pasado es lo que fué desde lo que somos al revivirlo... Y allá me he marchado, en el nombre del Señor, a hacer mi tarea diaria de «fray escoba». Y dejándolo todo limpio y blanco, como les gustaba a los blancos, que a veces tenían alma negra. Pero ser pobre-negrito-lego no es ser ignorante. El poseía oficio y competencia de aquella trilogía laboral de su tiempo: era antes que fraile: barbero, cirujano y medicina general. Y esto lo puso con toda su persona al servicio de los pobres, los mendigos, los abandonados de todo. Lima era una ciudad de mucho dolor y abandono, como hoy. Fundó su «Albergue para niños y niñas, el asilo de Santa Cruz». Cuidaba y enseñaba una profesión. Jamás cerró un camino humano. A veces con escándalo de las observancias de los frailes de su convento. Aunque luego hayan hecho de él allí «su buque insignia». Estos eran sus grandes milagros. También tuvo muchos de los otros. Un hombre no es otra cosa en la vida más que un amor. Lo demás es la añadidura. El dió a su corazón y a su entrega la anchura del Evangelio. Y unos pies descalzos por amor al Evangelio dejan más huella que las botas de un ejército o las ordenanzas de un Virrey. A él, que rea santo negro, acudían los de negra desgracia. Tenía una particuiar nota franciscana por su amor fraterno sin límites. Sus servicios llegaban hasta a los animales de todo el entorno: perros canteados y bastoneados... gatos cojos abandonados, mulos de matadero y hasta los ratones caseros... Todos quedaban 110