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y que impida cruzarse de brazos, con ojos grandes, dulces y aternerados, como excusándose de ocupar un sitio, que nadie le ofrece en señorío; o caer en la desesperación del callar, como bestias a punto, traídas y llevadas por la mala suerte y la mala sangre del poder. VIII. Habrá barro en las manos y sangre por los caminos... Por todas partes los signos se despliegan y la noche sola los ve nacer. Pero se hará de la noche, un día de crecer. Pues el paso del destino no concibe la libertad sin una "revolución cultural"; que es libertad de personas y no de ideas o de cosas. Y ésta no tiene otro camino, que el Compromiso en la Acción para transformar al hombre de recuas trajinantes en gente de orden, de fundamento y de autogestión, sobre la tierra del presente y frente al rompeolas de lo eternamente decidido y legislado por unos pocos. IX. Habrá que repensar la educación, el sistema y sus contenidos, 210 sus métodos y objetivos, sus estructuras y programas, escuelas, institutos, universidades, actividades científicas y culturales... Todo bajo el control del conjunto social, que utiliza sus servicios comunales y sufre sus consecuencias profesionales. Es la sociedad entera quien ha de decidir sobre sus Finalidades y no sólo estado-maestros-alumnos-padres.