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la élite favorable a la introducción de la filosofía moderna en la uni– versidad de Salamanca no se estuvo de brazos cruzados. Para evitar que la nación y la filosofía retrucaran sobre ella la afrenta, y dar a entender a todos que también había allí «quien piense bien», diez miembros del grupo prepararon un contra-dictamen y lo remitieron al Consejo 44 • Después de indicar sus motivos para componer este memorial, ana– lizaban el «extracto Herrero», refutándolo, y salían a la defensa del, en su opinión, archi-injuriado Villalpando. Hablando de los móviles, advertían que nunca se hubieran lan– zado a escribir contra los individuos de su mismo cuerpo universitario testimonios como el recogido por el propio Villalpando, qnien dice que habían orquestado su pretendida «humillación» y « la exaltación del Peripato, haciendo corrillos, distribuven<lo ejemplares a todo el mundo, informando y hablando públicamente hasta en los conventos de Monjas, [ ... ], resonando las antesalas, calles y, verosímilmente, hasta las tabernas. de locuciones y frases» indecorosas o de mal gusto (AHNC leg. 50769 f. 13 ). Las palabras del Rancio están en su u.e., 273 (Madrid 1825). Sobre las gestiones locales de aquella especie de confabulación nacional en favor del Goudin, no muy conocida, y contra la filo– sofía moc.lcrna «especulativa», informaba el rector en la mencionada carta a Cam– pomanes: «Hice presente al Claustro la expresada Orden, y después de muchos alborotos, se nombraron Comisarios que, haciendo el cotejo de ambos Cursos. dijeran n la Universidac.l crníl era 1mís útil para la enseñanza. Y, como para nombrarlos se repartieron esquelas por los Dominicos, según se me dijo por uno de los que las tuvieron, y se coligió de la elección, pues todos tuvieron 38 ó 40 votos, desde luego hice juicio sería su dictamen reprobar a ambos Autores y que quedase el Goudin por Aristotélico y más conforme a la doctrina de Sto. Tomás. Y ahora que se concluyó el término señalado, y salieron a luz estas bellas producciones, he visto que no le había errado» (AHNC leg. 5539 n. 34 f. suelto). 44. !bid., ff. 120-21. El memorial, fechado a 11 de agosto de 1780. lleva la firma autógrafa de los siguientes profesores: Carlos López Altamirano, rector, José Marín, franciscano y catedrático de prima de teología, Geroteo Bringas de la Torre, opositor a cánones, Francisco Sampere, catedrático de retórica. Gas– par González <le Candamo, catedrático de hebreo, Juan Manuel Pérez, catedrá– tico de instituciones médicas, Antonio José de Alba, catednítico de Santo Tomás, Pedro Julián Hernández de la Encina, catedrático <le instituciones canónicas. v Judas Tadeo Ortiz Gallardo, catedrático de matemáticas. En este memorial debió refundirse la representación prometida por Gonztílez de Candamo en el claustro del 3 contra el extracto. si la universidad lo enviaba al Consejo, pues se reiteran algunas de sus ideas casi a la letra. En ese claustro se habían pro– nunciado, además, por el curso de Villalpando otros tres asistentes: Custodio Ramos, opositor a teología, Francisco Ibáñez, diputado, y Andrés Ponte. con– siliario. Los «l'illalpandistas» declarados sumaban, por tanto, 13. José Marín no había tomado parte en el claustro del día 3. A los nombrados podría aña– dirse fundadamente el titulnr de Ju cátedra de álgebra Juan Justo García. De ese grupo iba a surgir el proyecto del Colegio de Filosofía, abanderado de la inc.lependencia de ésta como facultad. 67
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