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con el P. Jacquier. Por ser español Villalpando, por haber escrito más acomodado a las ideas que todavía reinan en nuestra España, y ser más fácil[ mente] entendido por los Discípulos y explicado por los Maestros». Díaz lo apoyaba con estas razones: «Que el papel de los Comisa– rios se remita al Consejo en nombre de los mismos Comisarios. Que, en su juicio, la Filosofía del P. Villalpando se debe anteponer a la de Jacquier para la enseñanza, porque es más clara, más metódica, más acomodada a las costumbres de las Escuelas, más proporcionada al estudio de la Teología. Y que, establecida la enseñanza de esta Filo– sofía, en un mismo año se puede estudiar Física y los Elementos de Aritmética y Geometría, necesarios para entenderla, lo cual es imprac– ticable con la Filosofía del P. J acquíer». El canonista Pedro Julifo de la Encina, que conocía personalmente una parte del texto de Villalpanclo, afirmaba, poniendo en la balanza esa noticia directa, ajena a los más: ,,Que a su juicio está fuerte el papel. Y que, así como se zahiere al R. Villalpando, también al Consejo. Que el Curso del R. Villalpando debe estudiarse desde el curso inmediato. porque en la Filosofía Moral y Ló– gica, que he leído, no encuentro cosa alguna que se oponga a la Religión buenas costumbres. En cuanto al método, claridad y conexión ele espe– cies de algunas Filosofías que he leído, me parece el único. Por lo que toca a la Metafísica, y a otros puntos puramente teológicos, es del mismo dictamen, en atención a que el Real y Supremo Consejo, precedido examen ele la obra por sujetos inteligentes, manda que se estudie>> 36 También el voto del rector aportaba nuevos matices en pro de la aceptación del litigado manual, eligiéndolo no sólo «por las razones expuestas por los que han votado esto mismo», sino porque «le consta que corregirá su obra en la segunda edición, caso que se apruebe por la Universidad, y porque, por las mismas razones que clan los Co– misarios en sus informes, es más acomodada para la enseñanza. Y el informe vaya a nombre de los Comisarios, supuesto lo pide el Con– sejo». De hecho, los tomos preparados por el autor para una segunda edición están fechados en aquel año de 1780. Sin duda, Altamirano estaba en comunicación con Villalpando. De ciertas manifestaciones de éste se deduce, a su vez, que alguien le 36. AUSal L 241 ff. 262-65. De este libro de claustros (1779-82) proceden la mayoría de nuestros datos. 58

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