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Los términos clave de esa condena parecían elegidos püra herir al reo en los dos puntos más sensibles de su quehacer de ilustrado, los de ser IÍtil a su país difundiendo las luces ... r=Cuáles eran los fundamentos de censura tan acre? Sería difícil individualizarlos en el extracto, si su redactor no los hubiera desembrollado en la recapitulación. Apunta cinco, vertebrán– dolos en torno a su preocupación escohística general, pues esca filo– sofía constituyó su visual indefectible. Pero al flanco de esa línea mo– nocorde hay apoyatura suficiente para destrenzada en esta serie de motivaciones, reales o presuntas: las ofensas del manual a todo lo escolástico la filosofía moderna, por él defendida sus ideas libertinas, filoheréticas y hasta obscenas el eclecticismo que lo inspira la mayor utilidad o armonía del ele Jacquier y, sobre todo, del de Goudin, con la teología escolástica. Escrito con vehemencia, afloran de continuo otros temas menores, transparece bastante al vivo en muchos párrafos el clima de la reac– ción católica en la clécacla prerrevolucionaria, y con frecuencia se olvida esta 1míxima que se esgrime contra Villalpando: «El indicio menos c:quívoco ele que: algún autor no busca sinceramente la verdad, es el uso frecuente de los dicterios en que prorrumpe contra los que no adoptan sus sentimientos» 11 . En el análisis del extracto no seguiremos el orden del resumen trazado por Herrero 12 , ni tampoco el del esquema que acabarnos de que se ddcmliera. y devuelta por éste junto con su apología. En todo:, estos ejemplares se advierten defectos de fideiidad. . CUESTA DuTARI ha nubli– cado la copia del AUNSal en su rniscehíneo El Mcestro Juan Justo García ( Sala– manca 1974) II, 42-72, multiplicando aquellas deficiencias con muchas otras de mera lectura, corno la de «)aponía» por Laponia. «momos,, por ,Ítomos. «San J ustiniano» por san Justino, etc. l l. AHNC, l. cit., f. 99. 12. He aquí sus enunciados, casi a la letra: El P. Villalpando encarece tanto el mériw de su curso -en realidad. una mera compilación filosófica- que da lugar a que crean los extranjeros que en España no hay talentos ni instrucción para formar otro de superior clase. Su pintura de nuestras universidades y ejercicios académicos es más horrible que la de los peores herejes. Vilipendia a todos los escritores escolásticos sin excepción. con un atrevimiento que debe llamarse insolencia. De ser cierto cuanto afirma, hoy sería España m,ís hórrida e inculta que la Laponia. Se burla de los prin- 45

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