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El primer punto aparecía con menor energía que los dos siguien– tes, y lo desarrollarían también en menos espacio. En la redacción de la C. O. la cláusula relativa a Musschenbroek y su nexo con las filo– sofías de Jacquier y Villalpando en el plano de la sustitución o de su coexistencia, tampoco estaba tan clara como la concerniente a los dos últimos autores, o como la intención del Consejo de proscribir cuanto antes el Goudin y modernizar la enseñanza filosófica al menos en las universidades mayores. Fue esta amenaza contra la continuidad del texto de inspiración tomista y contra el que preparaba Salamanca en casi idéntica orienta– ción, lo que principalmente haría pasar a muchos, de la expectación y curiosidad iniciales suscitadas por la incógnita Jacquier-Villal¡xmdo, a franca hostilidad hacia ambos, rayana en persecución inquisitorial contra la filosofía del segundo. Decimos que fue la principal, no que fuera la única razón, pues también las había de peso en los defectos de la obra censurada. Herrero necesitó casi tres semanas para forjar su síntesis, a pesar de no haber podido disponer de dos de los seis dicdmenes, cuyos autores se negaron a facilitarlos, no menos que a firmar el extracto de los otros cuatro. Faltaron a la cita de su lectura y aprobación Borja y Ayala; acudieron Mendoza, Toledano, Herrero y Vélez, quienes se reunían con tal fin, bajo la presidencia de Altamirano, el primero de agosto de 1780. Leído su extracto por Herrero, la junta lo aprobó, firmándolo Mendoza, corno decano de los comisionados, y el rector, que lo hizo sólo vi muneris, pues sentía enorme repugnancia y lo desapro– baba por completo en su fuero interno 8 • Terminaba así la fase previa al gran debate y juicio sobre la filo– sofía moderna en la universidad de Salamanca de hace ahora doscien– tos años. El documento de «acusación» estaba pronto y sólo restaba la reunión del tribunal y su sentencia. 8. AUSal L. 241 ff. 225-27, 235v. y 238v. La subcomisión dada a llcrrcru por la junta de 13.VII.80 se contenía en el acuerdo final de la misma, decía: «Y así votado, resolvió por acuerdo: que se da comisión al Herrero para que haga un extracto de los dictámenes de los Seiimes Comisarios sobre los dos Autores, para persuadir que, supuesto se estudia en esta Universi– dad la Físirn por i\fosschenbroek. no se entiende con ella la Orden del Consejo, y así se lo podría representar a Su Alteza; pero, supuesto el acuerdo del Claus– tro: que ni uno ni otro de los dos Cursos es úril; pero caso de hacerse opción es menos inútil el Jacquier». 41

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