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91 SCCEDlÓ EN LA TIERRA con los matrimonios. Una chica yanqui-católica-tiene muchas más probabilidades de encontrar novio no católico que católico (en Estados Unidos por cada católico hay cinco que no lo son). Pero esto, como se adivina inmediatamente, produce serias dificultades. Sobre que la paz familiar se di– ficultaría, sería la fe la que padecería frecuentemente, seria el catolicismo el que sufriría con esos matrimonios mixtos. Y éste es el peligro que, de rechazo, engendró los salones de baile, en torno a la Iglesia. Así-pensó la jerarquía ecle– siástica yanqui-, los jóvenes católicos se conocerán y se posibilitarán los matrimonios entre ellos, entre jóvenes con idénticas creencias religiosos. ¿Comprende ahora las razones de esos salones de baile norteamericanos que tanto han escandalizado a ciertos es– pañoles?... Pero ello no merma el valor de lo que más arriba he escrito de los bailes en general. Usted recuérdelo en la Nochevieja próxima-y en otras muchas noches tam-– bién-, y no me cabe la menor duda de que no aconse,iará a nadie que escuche las doce campanadas últimas del año, entre el ritmo más o menos ligero de un baile.

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