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34. SUCEl)!Ó EN LA TIERllA el despejado chiquillo quedaría tranquilo con aquella contes– tación. En todo caso, hay una cosa cierta: que un níño que apenas sabe leer no debe preocuparse por conocer cómo una mujer puede ser madre. Mas los periodistas, con su despiste, les están enseñando a hacerse esa pregunta prematura– mente. Cabe aquí-como consejo final-esta advertencia: La maternidad-su anuncio-no debe aflorar reiterada e insistentemente a la primera página de los periódicos. Por– que su misma naturaleza lo exige, porque es molesta la pu– blicidad para quien vive la maternidad, porque es hasta an– tipedagógico pedimos no se insista tanto en noticias de esa clase.