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«SANTOS EN EL PERIODICO» Quizá sería mejor titular este comentario "santas" en el periódico, porque es, sobre todo, el mundo femenino el que más frecuentemente se exhibe. Pero vamos a dejar las cosas como están y digamos: "santos" en el pe1iódico. Cuando usted y yo éramos niños, e íbamos al colegio, lo primero que ojeábamos en los libros eran los grabados que reproducían llamativamente sucesos importantes o per– sonas famosas. A esos grabados en lenguaje infantil los lla– mábamos "santos". Yo no le puedo decir a usted, con cer– teza, el origen de esa expresión. Quizá se los llame así por– que a través de los siglos han reproducido personas o cosas santas dignas de imitación. Digo que no sé su origen. pero bien pudiera ser ése. Lo que ciertamente le puedo decir ,," usted es otra cosa. Que los actuales "santos" que muestran sc,bre todo los periódicos y revistas que maneja la gente de la calle, de santos no tiene nada. Y si es que no lo cree, abra el periódico. ¿Qué es lo que ve? ¿No anda por esas páginas -seamos respetuosos y no citemos nombres concretos– cualquier artista, no santo, enseñando a todo el mundo su elegantísimo tipo? ... Y eso en los más humildes diarios provincianos, que si nos referimos a ciertas revistas... , bueno; muchas revistas ele las que andan por ahi no las abra usted, si es que no eE,tudia medicina y le interesa examinar el esternón de un cuerpo femenino o cualquier otra parte del cuerpo humano, ordinariamente oculta por modestia elemental. Los que hace ya años derribaron a Perón y le mandaron al exilio, lo primero que ordenaron retirar de los edificios