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HISTORIA BAJO LAS AGUAS La frase de Napoleón habrá que retocarla. Si las cosas no cambian, las milenarias pirámides-muchas de ellas-– dejarán de otear el horizonte desde las alturas; se irán al fondo del agua con su misterio y su secreto. Y entonces la manida proclama del inquieto corso-"desde lo alto de es– tas pirámides cuarenta siglos os contemplan"-, habrá que transformarla en esta otra: "Desde el fondo estas aguas cuarenta siglos os contemplan." Efectivamente. Parece ser que ciertas pirámides egipcias definitivamente quedarán hundidas en las aguas. Todo por obra y gracia de la discutida presa de Assuan. Porque, al fin -usted lo presentía ya-, Nasser se ha salido con la suya; superando dificultades de orden técnico y sacando dinero de los bajos fondos del Kremlin, ha puesto en marcha el gi– gantesco proyecto. De no existir interrupciones o retrasos imprevistos para 1964 la presa de Assuan será una realidad. Y entonces el imponente embalse-300 kilómetros cuadrados y 55.000 millones de metros cúbicos para Egipto, 150 kiló– metros y 18.000 millones de metros cúbicos para el Su– dán-exhibirá su grandiosidad, frente al azul del cielo y a las arenas del desierto; entre Egipto y Sudán habrá sur. gido un lago artificial al que dirigirán su mirada, esperan - zadora y agradecida, millones de fellaghs hambrientos. Y de una vez para siempre la historia se habrá modificado así: "La presa de Assuan fue la pirámide egipcia del si– glo xx después de Cristo." Y bien: la presa de Assuan está a la vista: ¿Qué efec-