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12 SUCEDIÓ EN LA TIERRA tos responsables en el gobierno de los hombres, se preocupan de encauzar este poderoso medio de influencia. La Iglesia Católica viene pronunciándose repetidamente sobre este particular. Sus orientaciones son claras. Pero tam– bién en ocasiones dificiles de seguir. Porque el principio comercial-"el negocio es el negocio"-llega hasta aquí. Co– mo llega aquel otro postulado más idealista: "el arte por el arte". Pero por encima del arte y del negocio hay otros valores que es necesario guardar y cultivar. Y la Iglesia está alerta en esta su labor de vela. También los Estados-aunque no en todas partes-im– ponen su autoridad en este campo. Ellos brujulan con difi– cultad, y tratan de encauzar corrientes y tendencias. A veces se equivocan. Pero equivocándose o acertando, muestran, con su esfuerzo, que el tema les interesa. ¿Y nosotros, individualmente? ¿Y usted? Nosotros, y us– ted, somos quienes tenemos la última palabra. Los Estados y la Iglesia poseen una fuerza relativa. Nosotros somos la parte decisiva. Aquí, como en tantos temas, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad. El cine, la radio, la prensa, la televisión, nos sirven los programas que nosotros queremos. ¿Pensamos alguna vez en esto? ... Pues merece la pena el que lo hagamos.

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