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114 SCCEIJIÓ EK LA TIERRA nerlo en cuenta de una manera especial-el trabajo del hombre alemán, un trabajo intenso y sin concesiones de ninguna especie a la vagancia. No pequemos de ilusos y cándidos: la Selva Negra no engendra volkswagen fabrica– dos. Alemania ha surgido por muchas causas humanas. Y dando un sentido a todas ellas y fecundándolas está la enor– me capacidad de trabajo del alemán; su capacidad de tra– bajo, su método y su constancia en el mismo. Recordemos esto, nosotros, los españoles: los triunfos son del trabajo, no de la holganza. El asturiano Ochoa nos brinda esa misma verdad. Ha sido un constante y agotador trabajo lo que hizo posible su triunfo. se dice fácilmente, pero supone mucho-de vo– luntad y de sacrificio-ese silencioso gastarse la vida entre libros y laboratorios. ¿Aprenderemos definitivamente la ur– gente lección que nos ofrece nuestro compatriota? La apren– damos u olvidemos, al menos yo entiendo que habrá estado bien el que hoy la hayamos recordado; así, siquiera sabre– mos que existe. Desde su alto puesto, en la línea estelar de los Nobel, don Severo Ochoa de Albornoz nos recuerda a todos que los grandes logros humanos van siempre precedidos de horas múltiples y oscuras de costoso discurrir y trabajar.

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