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será desilusión, macabra ascesis, carnal despojo de este espíritu que navega sobre el sombrío lago de mis vacilantes intuiciones. Fuera del silencio del mar, nada hay más casto que un beso de adiós, ni más tranquilo que morir sin haber poseído -negra posesión, sueño matador de sueños--. Tan sólo, pues, te reverencio estérilmente, como los acantilados a su batiente mar que los ilusiona y destruye. ANGELUS Y alguien me alarga, como copa ofrecida por helénico destino, pleamar de sosiego y de música que doma las fieras de mis labios, animales e idólatras, cuando sólo bendecir mis ojos y mi mente quieren y acariciar con sólo lo que de astral y puro me otorgó el Creador. Palpitan en los valles las campanas. El frescor de la Misa primera en el Carmelo me hace tan ágil como si sólo alma fuera. - 75 -