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Santa imagen que circulas desde el tren por la línea celestial de este mi viaje terreno. ¡ Salve y adiós !, santa piedra, árbol y pilar, ¡ adiós y salve !, cariño. Aunque fuera ya un ángel en el cielo o en algún altar, dame el éxtasis de en un retorno morir y entrar por este pórtico amoroso al abrazo de los valles y costas de Vizcaya. EXilLTilCION Viviendo al margen de la especie y la vida es como el mundo resulta casi un cielo. Y en él te transparentas tú, paisaje de mi niñez, mientras el suave viento lleva nieblas y humos alargados. rastreantes de las árgomas encendidas en torno a la adustez de los caseríos. Claro que sí, espíritu dorado de la tierra, con el encanto más allá y más hondo que el que sugieren los instintos -a no ser que tengamos el de la belleza y nada más– te amo yo a ti lírica y aviesamente, - 73 -