BCCCAP00000000000000000000551
EL GABARRERO Mira, pues, otra vez, la gabarra. Perdona que te recuerde el símil : la barca de los muertos, lenta, grávida, luctuosa sobre un río de cieno : ataúd de detritus. Su carga no son preciosidades ni mercaderías para brazos jóvenes o cuellos de cisne. Son escombros, ladrillos, abonos, garrafas sulfurosas, bidones de alquitrán. Sus líricos sueños, que se realizarán en el taller de Fausto de las fábricas, en vez de brazadas de jazmines para destilerías de perfumes de la Costa Azul, son el carbón, el cock y la chatarra. La guía nuestro amigo el gabarrero. El esparto de sus alpargatas lo acorazaron hace tiempo el agua, la carbonilla y los esputos raídos de un puntapié. Hedor de vejez, aséptica por vieja, curtió en arrugas salinas los acordeónicos calcetines bajo los cuales se liberan lívidas las uñas de las <ledas. - 51
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz