BCCCAP00000000000000000000551
y en llantos de las almas del Purgatorio sus campanas de herrumbre y teología. Se llamaba Josechu y amaba la batuta de Zubizarreta cuando frente a la naviera de Sota Y Aznar --proa de ladrillos y underwoods- , sin pastores y sin tempestad, dirigía la Sexta, o, castizo, afiligranaba «La Dolores». ¡ Gran muchacho Josechu !, que a lo mejor más tarde te lo encuentras, manos atrás, allá en París, mirando los escaparates de Saint Honoré, y deseando, ante sus vitrinas, anillos y pendientes para que todo acabe desfilando en los atrios de Begoña, con lirios en las almas, al son de Mendelssohn. Ven a pensar, Josechu. Tienes también sobre este mundo tu opinión. No importa que ella nazca sugerida en un juego de ranas o c1e bolos, tras el agrio estímulo del chacolí. El vino, el bacalao, el acordeón buenas estrofas son para un poema de platónicos versos, y así filosofar con las azules lamias y musas del alcohol. - 27 -
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz