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(Idea de la religión Harmonial y de la Civil mas la de la Fe en la Fe, y el Melting Pot). La religión Harmonía! abarca todas estas formas de piedad y fe en las que la compostura espiritual, la salud física y el ser económico o el bienestar están comprendidos y se consideran confluyentes en la relación personal con el cosmos. La felicidad humana y la inmortalidad se cree que dependen en grado sumo de la unión del ser de uno con el infinito. Hay ins– tancias específicas en estas religiones incluso de manifestaciones desusadas o no comunes: ejemplares de fundadores carismáticos, estructuras institu– cionalmente complicadas, doctrinas secretas esotéricas y muy elaboradas, ritos y rituales. A despecho de estas características distintivas, estas religiones, estos movimientos religiosos poseen una clase de jerarquía ar– moniosa entre ellos. Sus reclamaciones y postulados fundamentales im– plican una relación o unión con argumentos alegados racionalmente, demostración empírica y, en cuanto aplicables, al conocimiento del sentido «secreto» de las escrituras autorizadas. En sus orígenes muestran parecido con las religiones sincretistas que contendieron con el Judaísmo y Cris– tianismo dos mil años hace y aún anteriormente. Es ahora en América mas bien un «impulso» dentro del marco de las diversas religiones e iglesias en los años sesenta sobre todo. Civil Religion: triple melting pot: Protestante, Católico, Judío. Forma de Piedad Patriótica Común ante o durante la «guerra fría» final guerra. Dicho de Dwight D. Eisenhower, moralismo patriótico: «Nuestro gobierno -dijo en 1954- carece de sentido a menos que se funde en una profunda fe religiosa y yo no me preocupo de cuál es». THOMAS MERTON: UN AMIGO PARA TODO TIEMPO Por los años 1950 y 1960 era un deleite intelectual, a la vez un sosiego espiritual el saber que Thomas Merton estaba con nosotros y pro– bablemente lo estaría por mucho tiempo. Como trapense que vivía en un monsaterio del Kentucky rural, el paso de su vida era sosegado. Podía con– tar con una defensa: la supuesta estabilidad emocional de un método de vida contemplativa. Las ventoleras y los derrumbes de la vida moderna no irían a afectar el sistema coronario de este hombre. Parecía destinado a llegar a anciano lleno de sabiduría como los profetas, y por décadas, con– tinuaría hablándonos: exhortándonos, estimulándonos y bendiciéndonos como un patriarca que otorga testamentos bíblicos. Si hubiéramos recordado mejor como suceden las cosas de este mundo, la muerte de Merton en 1968 nos pudiera haber sido un acontecimiento menos perturbadbr: no nos hubiera caído como un rayo. A los 54 años -a mitad de su vida, la mitad abierta al «mundo», y la otra mitad a la soledad-, murió repentinamente. La manera de su muerte estaba fuera de toda predicción: murió electrocutado en la habitación de un hotel de 758

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